Por Alejandra Arredondo-Voa noticias
WASHINGTON DC – En pleno verano, a pocos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos se celebran las convenciones, en donde cada partido -el Demócrata y el Republicano- elige oficialmente al candidato que lo representará en los comicios presidenciales, que este año se celebrarán el 3 de noviembre.
Históricamente, son un espectáculo político, con música, aplausos, globos y celebraciones. Asisten los miembros de los partidos, activistas, donantes, congresistas, gobernadores y expresidentes y exvicepresidentes.
Este año, no obstante, la pandemia del coronavirus obligó a los partidos a cambiar los planes y celebrar las convenciones de manera virtual. Sin embargo, para la gran mayoría de estadounidenses, no cambia mucho el panorama: los principales discursos van a ser televisados, como en los años anteriores, si bien en esta ocasión se podrán seguir a través de muchas más plataformas.
¿Qué se hace en las convenciones?
Para entender el por qué de las convenciones, hay que explicar primero el proceso interno de elecciones de los partidos en EE.UU.
Este sistema, tal como lo conocemos hoy en día, comenzó a tener fuerza a finales de los 60, después de la convención demócrata de 1968. Antes, eran los líderes del partido quienes tenían el verdadero poder de elegir a los candidatos, por encima de las elecciones primarias, que eran vistas más como una prueba de popularidad.
Las convenciones, entonces, eran un enorme mitin interno del partido en donde se nombraba como tal al candidato que los representaría en las elecciones presidenciales.
Ahora, las convenciones se dan después de que se conozcan los resultados de las elecciones primarias y existe mayor claridad sobre el candidato favorito o el que está llamado a cosechar más apoyos.
Para elegir al candidato que irá a las elecciones generales cada partido elige un método distinto de comicios según el estado: caucus -asambleas partidarias- o primarias. Esta primera fase se extiende desde febrero a junio, cuando se celebran las convenciones nacionales.
Los votos de los ciudadanos van hacia los delegados, que son personas elegidas a nivel local para representar a cada estado en las convenciones nacionales de los partidos. La mayoría son delegados distritales, escogidos en cada distrito del Congreso de un estado. También existen delegados que representan a todo el estado y superdelegados, que usualmente son miembros importantes o funcionarios del capítulo local de cada partido.
Los candidatos buscan aglutinar el mayor número de delegados posible, quienes viajan a las convenciones y allí deciden quién será el candidato presidencial.
En vez de votos por un candidato, como explicó a la Voz de América Capri Cafaro, profesora de ciencias políticas en la American University, “los votos de las primarias se traducen en lo que se conoce como número total de delegados”.
El número de delegados asignados a cada estado y la manera en la que esos delegados se distribuyen, según los resultados de las votaciones primarias, varía según cada partido. Este año, por ejemplo, el Partido Demócrata cambió sus reglas y, para obtener delegados, un candidato debía superar un umbral del 15% de los votos.
Por su parte, en algunos estados -como Massachusetts o Nueva York- el Partido Republicano usa en las primarias el sistema conocido como 'el ganador se lleva todo', en el que el candidato que obtuvo más del 50% de los votos en el estado se hace con el total de los delegados.
En la convención, los delegados votan por el candidato al que fueron asignados según los resultados de las primarias o caucus de su estado.
En la convención demócrata, destaca la figura de los superdelegados, que no están asignados a ningún candidato y representan poco más del 15% del total de delegados. Son líderes del partido y congresistas. Con las nuevas reglas introducidas este año, los superdelegados solo pueden votar en la segunda ronda de la convención, excepto en casos extraordinarios.
Sin embargo, la votación es solo una parte de las convenciones.
“Son eventos inmensos, de varios días y millones de dólares. Reúnen a figuras del poder y activistas de todo tipo en un sitio, bajo un mismo techo, en una misma ciudad”, explicó Cafaro.
Los discursos en las convenciones son la oportunidad de los candidatos de presentarse a los ciudadanos y a su base por primera vez, y también para expresar los valores que representa el partido. Pero es también la oportunidad de que otras figuras ofrezcan un apoyo público a sus candidatos, con la intención de convencer a los votantes estadounidenses.
“Tratan de elegir oradores que reflejen algún aspecto del partido -de sus valores- y atraigan a ciertos grupos: pequeños empresarios, afroestadounidenses, trabajadores de la salud”, aseguró Cafaro.
Los oradores también le brindan credibilidad y apoyo a los candidatos, explicó la académica. Por ejemplo, este año, el expresidente Barack Obama fue parte de la lista de oradores en la convención demócrata; por su parte, en la convención republicana, aunque no se conoce aún el listado oficial de oradores, se sabe que hablará la exembajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley.