Pensé que mi capacidad de asombro había terminado con todos los desmanes cometidos durante los 20 años que el Partido de la Liberación Dominicana gobernó el país, pero no, de lo que me he enterado tras su salida del poder, es para dejar al pueblo estupefacto de terror y espanto.
Pensé que lo peor había pasado, que salir de la peste morada bastaba para terminar con los escándalos de saqueo, robo, depredación, despojo, violación de todas las normas y principios que alguna vez anidó a en ese partido. Pero no queridos lectores; las cosas son más graves que lo pensado o imaginado. La realidad superó la ficción.
En cada ministerio, en cada oficina pública, el latrocinio no tuvo límites. La corrupción no se detuvo –al parecer- en la puerta de ningún despacho. (Si alguien del PLD está libre de culpas, que tire la primera piedra; si alguien salió del lodo sin enlodarse, que muestre su declaración jurada de bienes, antes y después, así como el pago de sus impuestos)
Las jubilaciones y las compensaciones millonarias han roto todo sentido ético y la moral. Los escrúpulos de quienes prometieron “servir al partido para servir al pueblo” nos han dejado con la boca abierta. Jamás pensamos que llegarían tan lejos, que los que llegaron descalzos y casi desnudos, desfalcarían el país, que se llevarían los aires acondicionados, las obras de artes, los inodoros de las oficinas, y hasta el papel higiénico. Pensiones de un millón de pesos mensuales, compensaciones por “buen desempeño” de hasta cien millones de pesos por tres años de servicio. ¡Y no están presos! ¡Y están vivos! (Al hijo del pollero hace tiempo le habrían “cantado” cien años de cárcel)
La pensión de un maestro, médico o empleado cualquiera es de miseria después 30 y 40 años de trabajo. ¡Indignante! ¡Inaceptable! ¡No! ¡Mil veces no! El presidente Luís Abinader tiene que echar todo eso hacía atrás, despojar del dinero a esos sinvergüenzas, atracadores de bancos desde los bancos. Investigarlos y someterlos a la justicia.
Lo que pasó en el “servicio exterior” no tiene madre. Teníamos más personas como embajadores, cónsules, vicecónsules, secretarias, agregados militares, etc., que la República Popular China. Solo en Nueva York teníamos 47 vicecónsules. Increíble. Los hijos de los funcionarios, esposas y amantes con grandes salarios en dólares. Muchos sin pasaportes para viajar. ¡Una vaina espantosa! ¡Criminal! ¡Abusiva! ¡Lo que se hizo en la cancillería no tiene perdón! ¡Y no hay un solo preso! ¡Coño!
Y todavía no lo sabemos todos. Es más, del cuento no sabemos ni la mitad. Nos iremos enterando según pasen los días.
El Ministerio Público tiene que ponerse las pilas y comenzar a trabajar en la investigación y persecución del delito. La corrupción no puede quedar impune. El presidente Abinader ha sido categórico al señalar que el que se robó el dinero del pueblo tendrá que pagar por ello. Yo, al igual que la mayoría de los dominicanos espero que así sea. ¡Que los tranquen ya! ¡Y como en Singapur, que coloquen vallas enormes con los rostros de los ladrones para dar ejemplos!
Si juntamos a todos los gobiernos, desde Pedro Santana, pasando por Ulises Heureaux, Trujillo, el Triunvirato y Balaguer, Antonio Guzmán, Jorge Blanco, Hipólito. En ninguno hubo tanta corrupción. (Solo los “conquistadores” encabezado por el delincuente y asesino de Cristóbal Colón robaron más) Los gobiernos del PLD les llevan “la milla” a todos los gobiernos anteriores, además fueron los que más endeudaron la nación desde 1844 hasta hoy.
No sé ustedes, pero yo tengo hambre y sed de justicia. Mi indignación no tiene límites. Estoy que si me punchan no boto una gota de sangre. La rabia me carcome por dentro, me lástima, me lacera el alma. ¡Que pique tengo! Ufff!