Washington, 28 ago (Prensa Latina) El deporte de Estados Unidos en pleno ataca de manera frontal al racismo sistémico existente hoy en el país, con suspensiones masivas de los campeonatos más importantes y mediáticos.
La Liga élite de baloncesto NBA, las Grandes Ligas de béisbol, el Masters de tenis de Cincinnati, el torneo de fútbol MLS, la Liga de hockey sobre hielo NHL y varios equipos de fútbol americano NFL, paralizaron su accionar para alzar su voz ante un nuevo abuso policial contra un afroamericano.
El domingo último, el afroestadounidense Jacob Blake fue baleado siete veces por un policía de Wisconsin, hecho que provocó un nuevo estallido social a lo largo y ancho de la nación de las barras y las estrellas.
Los jugadores de los Bucks de Milwaukee boicotearon los playffs de la NBA al cancelar el cuarto partido de la serie contra los Magics de Orlando, y el resto de los equipos siguieron su ejemplo y también suspendieron sus juegos, para dar un toque de atención a todos los televidentes del torneo.
Acto seguido se levantaron los jugadores de las Grandes Ligas, quienes protestaron de manera masiva contra el hecho y cancelaron varios partidos del martes y el miércoles.
La frustración por la nueva masacre policial se extendió a la MLS y al torneo de Cincinnati, detenidos de igual manera en unión con la causa contra el racismo y brutalidad policial reinante en Estados Unidos.
Las calles de Estados Unidos siguen repletas de personas que, respirando ira y frustración, protestan por Blake como mismo lo hicieron desde mayo último por George Floyd, otro estadounidense de tez negra, que resultó asesinado por un policía de Minneapolis.
A este movimiento social se unen ahora de manera compacta gran parte de los deportistas del país, quienes exigen cambios radicales en todos los estamentos para iniciar la erradicación real e inmediata del racismo sistémico y para exigir una remodelación de la policía.
Mientras toda esta ola de rabia inunda las canchas deportivas y las calles estadounidenses, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo su discurso divisionista y atacó a los manifestantes, calificándolos de 'organización política'.
No sé mucho sobre la protesta de la NBA. Sé que sus índices de audiencia han sido muy malos porque creo que la gente está un poco cansada de la NBA (…) Se ha convertido en una organización política, y eso no es bueno, enfatizó el mandatario, quien se encuentra inmerso de lleno en la campaña para su reelección.
Estrellas deportivas como Lebron James, Michael Jordan, Mookie Betts o Megan Rapinoe, asumen un rol destacado en las protestas, como antaño hicieron Muhammad Ali, Bill Russel y Karen Abdul-Jabbar, entre muchos otros, por las mismas causas.
Ayer, el partido de los Marlins de Miami y los Mets de Nueva York comenzó sin mayores contratiempos; los jugadores ocuparon sus respectivas posiciones; pero cuando el árbitro dijo ‘play-ball' para arrancar el duelo, los peloteros permanecieron 42 minutos en silencio y luego salieron del campo, dejando en el suelo una camiseta con la consigna 'Black Lives Matter' (la vida de los seres humanos negros importa).
El 42 es un número mágico en el béisbol, tiene un legado gigantesco porque con esos dígitos en su espalda jugó Jackie Robinson, el primer jugador afroestadounidense en llegar a las Grandes Ligas.
Este viernes continúan las protestas en toda la geografía estadounidense exigiendo justicia para Blake, quien pudiera quedar paralítico tras sobrevivir milagrosamente a los siete balazos que le dio -por la espalda- el policía de Wisconsin.
El deporte seguirá presionando a los fans para que se unan a las manifestaciones contra la segregación sistémica por el color de la piel y la violencia de los agentes del orden.
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