Por Máximo López hijo.- En la biblia se habla de un Ángel caído, que solía tener una gran piedad y belleza: “El Diablo” quien fue creado por la religión como la antítesis de DIOS, en una especie de retórica y contraposición, este villano se rebeló contra el creador y fue expulsado el décimo día del primer año -el día de la expiación- hacia “el infierno”.
Una rebelión similar se avecina en el viejo partido del PLD: -salvando las distancias.
Los peledeístas empezarán a rasgarse las vestiduras, cuando quieran buscar un culpable de su derrota, para justificar la salida del placer que fue estar en el poder. Ellos, aún no han asimilado lo que les ha ocurrido… ¡están aturdidos! para ellos ha sido como ir en una pasola y chocar de frente con una patana cargada de varillas de acero.
Danilo olvidó que el poder es una sombra pasajera que: ¡hoy está! ¡mañana no!
Se creyó un dios, como lo hiciera -en su era- el emperador Cayo Julio Cesar Augusto Germánico “Calígula” quien se atrevió a decir que era un dios, pero, la ironía del destino obró, y fue asesinado por su propia escolta: la Guardia Pretoriana. A los pedantes peledeistas adulterados por el estudio se les dio el poder -poder- que se le subió a la cabeza de sus cerebros vacíos.
Hoy los peledeístas se sienten desamparados, sin un líder que los dirija. Presienten en sus huesos un cruento y largo deambular sin rumbo fijo, que los hará desaparecer «así está escrito» en “el evangelio de los ingratos”.
Arrepentidos y llenos de un gran pesar, no pueden enmendar el error que los sacó del poder, se consumirán como vela al fuego «sin dejar rastros» solo el otrora partido que fueron.
Bosch, ya no está para rescatarlo: es solo una figura decorativa hace tiempo.
Septiembre 2020
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