La situación política y económica en Nueva York es cada vez más conflictiva y crítica, luego que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusara al gobierno local, dirigido por Andrew Cuomo, de ser responsable de los graves problemas que afectan al estado de Nueva York.
El enfrentamiento verbal entre Trump y el gobernador de esta jurisdicción se ha recrudecido recientemente tras el Presidente considerar que Cuomo supuestamente ha permitido que el crimen se esté apoderando de la ciudad y el estado, por lo que los residentes están huyendo.
La diatriba entre el presidente republicano y el gobernador demócrata obedece a la negativa de Trump de entregar fondos federales al estado neoyorkino, que servirían para salir de la crisis económica que tiene al estado al borde de la quiebra.
Cuomo y el alcalde Bill De Blasio, luchan afanosamente por conseguir del gobierno una ayuda federal de $59 mil millones de dólares para levantar la ciudad.
Pero Trump se niega y ha respondido con eliminar los fondos federales a Nueva York, por el incremento del crimen, lo que empeoraría la situación económica del estado.
La reacción de Cuomo ante la prensa fue de calificar al presidente norteamericano como el peor de la historia de la nación, declarándolo “persona non grata” en Nueva York, para luego expresar: “Olvídese de los guardaespaldas, será mejor que tenga un ejército si quiere caminar por las calles de la ciudad de Nueva York”, expresión considerada peligrosa ante la violencia que se vive en la ciudad por lo que tuvo luego que enmendar su advertencia.
Mientras Trump y Cuomo radicalizan sus posiciones políticas, la Gran Manzana ha dejado de ser el atractivo para grandes inversionistas y turistas nacionales y extranjeros, por la situación económica, social y de salubridad en que se encuentra.
Cientos de propietarios de lujosos apartamentos de clase alta y media están abandonando la ciudad para alojarse en otros estados menos conflictivos y con mejores posibilidades de inversión.
Desde antes de la llegada de la pandemia del Covid-19, la situación económica de Nueva York era buena pero en lento declive. Luego de la llegada del Coronavirus, la economía general ha ido descendiendo en una caída libre indetenible, con un aumento del desempleo por encima del 25%.
El Gobierno Federal y el gobierno estatal le fallaron a la sociedad neoyorkina en su forma de enfrentar la letal enfermedad.
Los últimos reportes indican que el estado de Nueva York lleva un récord de más de 33 mil muertos y más de 469 mil contagiados, posicionándose en un cuarto lugar por debajo de California, Texas y Florida, luego de ser el centro de expansión de la pandemia a principios de año.
A la fecha, EEUU acumula más de 190 mil muertos y más de 6 millones 200 mil infectados.
A menos de dos meses de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, la situación política, económica y social en el estado de Nueva York es de pánico.
En lo que va de año, la violencia con armas de fuego sigue aumentando y ya registra 1,014 tiroteos, un promedio de 4 tiroteos diarios, según reportan las autoridades policiales.
The New York Times y The New York Post, entre otros, han revelado a través de grandes reportajes el éxodo de acaudalados residentes neoyorkinos abandonando la ciudad con destinos desconocidos.
Según esos mismos reportes, las agencias de transporte de mudanzas, como la United Van Lines y U-Haul, están abarrotadas de solicitudes. La firma encuestadora Pew Research Center aseguró que uno de cada cinco neoyorkinos se ha marchado de NYC.
Una de las causas reveladas es que están abandonando la ciudad por las decisiones de las autoridades de Nueva York de alojar en hoteles de lujo a miles de personas sin hogar, “homeless”, para supuestamente controlar la propagación de la pandemia del Covid-19.
Alegan que el traslado de los vagabundos a estas zonas exclusivas por parte de las autoridades, ha traído consigo un “aumento en el crimen, la violencia, las drogas y la prostitución abierta”.
Decenas de negocios y lujosas tiendas han cerrado sus puertas definitivamente por la pandemia y por haber sido saqueados en medio de las violentas protestas callejeras que se produjeron a raíz de la muerte del afroamericano George Floyd, en Minneapolis.
A partir de las reformas policiales aplicadas a los departamentos del NYPD por parte de las autoridades estatales como forma de reducir actitudes raciales, la seguridad pública ha desmejorado considerablemente por las limitaciones de acción en la forma de cómo ejecutar un arresto.
Aun con las reformas policiales en ejecución, los conflictos raciales persisten entre la policía de NY y otros estados de la unión americana, generando violentos enfrentamientos con destrucción de propiedades comerciales, quemas de autos policiales, muertos y decenas de heridos entre policías y manifestantes.
Mientras los neoyorkinos viven preocupados por la mala economía, la pandemia del Covid-19 y la criminalidad, Donald Trump y Andrew Cuomo persisten en su lucha verbal por determinar quién es el culpable de la situación calamitosa en que está el estado de Nueva York.