La empresa matriz retendrá la mayoría de las acciones, mientras una menor parte quedará en manos de la estadounidense Oracle y posibles inversores como la alianza Walmart-Microsoft.
Beijing, 16 sep (Prensa Latina) La compañía china ByteDance, dueña de Tik Tok, trasladará a Estados Unidos la sede global de la aplicación en un esfuerzo por evitar el veto a sus operaciones allí, reportó hoy la prensa local.
Fuentes anónimas dijeron al canal CGTN que la empresa matriz retendrá la mayoría de las acciones, mientras una menor parte quedará en manos de la estadounidense Oracle y posibles inversores como la alianza Walmart-Microsoft.
Según precisaron, algunos detalles del plan podrían cambiar, cada accionista designará directores independientes y ByteDance seguirá con el control de Tik Tok y sus algoritmos esenciales.
Además, la corporación archivará en Estados Unidos los datos generados por la plataforma de minivideos y Oracle pondrá el servidor, para despejar cualquier preocupación de seguridad nacional.
ByteDance presentó ese plan al gobierno norteamericano, que le dio de plazo hasta este mes para materializar la venta o separación de la popular app en su mercado, o de lo contrario la vetará.
Antes confirmó que no venderá las operaciones de Tik Tok -asentada en Singapur- a ninguna corporación estadounidense y además acatará estrictamente las restricciones de China sobre la exportación de alta tecnología de inventiva propia, lo cual implica obtener un permiso del Estado.
La Casa Blanca acusa a la aplicación de recopilar y compartir datos privados con el gobierno chino, pero la firma lo niega y en agosto demandó al presidente Donald Trump y a su secretario de Comercio, Wilbur Ross, por violar sus derechos con la prohibición a operar en el país norteño.
La controversia conllevó también a la renuncia de Kevin Mayer como director ejecutivo de la red social y además pone en riesgo a 10 mil empleos en Estados Unidos.
Tik Tok y también WeChat –la versión de WhatsApp aquí- son los nuevos blancos de una ofensiva de la Casa Blanca contra el sector tecnológico de China que antes atacó a los fabricantes de teléfonos Huawei y ZTE.
Autoridades y analistas aquí consideran la maniobra una infracción a las leyes y advierten sobre los perjuicios a la confianza de compañías extranjeras con planes de incursionar en suelo estadounidense, pues siembra un precedente peligroso de violación del mercado libre y abierto.
Incluso el Ministerio chino de Relaciones Exteriores reiteró el llamado a Washington a dejar de politizar las cuestiones económico-comerciales, proporcionar un entorno justo y libre de discriminaciones donde las firmas extranjeras puedan trabajar con normalidad.
Denunció que la Casa Blanca usa vergonzosamente la seguridad nacional como pretexto, abusa del poder y demuestra su actitud hegemónica, con fines electorales.