El economista considera que el gobierno debe procurar recursos para los programas sociales dentro del mismo presupuesto nacional, haciendo una reformulación presupuestaria en lo que queda del 2020, redirigiéndo recursos de un fin a otro.
El economista Haivanjoe Ng Cortiñas, consideró en el día de hoy, que la colocación de bonos en los mercados internacionales por un monto de US$ 3,800 millones, aunque necesaria, resulta una irracionalidad financiera, al informarse que se destinarán a gastos corrientes sin retorno económico y no a la inversión productiva.
Ng Cortiñas, al valorar el nuevo financiamiento internacional dijo, que lo importante no es que la oferta fuera mayor que la demanda, que las tasas de interés sean atractivas de 4.8 % a 10.0 % y, que sea de largo plazo; lo más importante es, que la nueva deuda externa sea empleada en la recuperación económica con retorno, invirtiéndose en proyectos específicos, de tal manera que pueda ser pagada en el tiempo a través de los beneficios que generen los proyectos.
Destinar US$ 3,800 millones a los programas sociales para lo que resta del 2020: Quédate En Casa, FASE y PA TI, además del financiamiento de los planes del Gobierno al sector salud, para combatir la pandemia del COVID-19, financieramente no es sostenible, aseveró Ng Cortiñas.
Cuando el beneficio de una deuda es para varias generaciones, es racional que su costo se redistribuya en el tiempo, pero cuando los beneficios son exclusivamente momentáneos y para el presente y sus costos redistribuidos en el tiempo a varias generaciones, resulta una irracionalidad financiera, afirmó el economista.
Amplió Haivanjoe Ng Cortiñas, que el gobierno debe procurar recursos para los programas sociales dentro del mismo presupuesto nacional, haciendo una reformulación presupuestaria en lo que queda del 2020, redirigiéndo recursos de un fin a otro.
Puso como por ejemplo de lo anterior, destinar los recursos de la recapitalización del Banco Central a los referidos programas, así como, otorgarle el 16.0% del gasto público total a educación, en vez del 4.0% del PIB, mientras dure la epidemia y los montos liberados, redirigirlos a salud.
Dijo que la posibilidad de transformar el 4.0% del PIB en 16.0 % del gasto público total a educación, se ampara en el Art. 197 de la ley de educación 66-97.
Finalmente, el economista recordó que en lo que va de año, la deuda del sector público no financiero pasó de 40.4 % del PIB en enero a 48.2 % del PIB a agosto y de ahí a 52.9 % del PIB a septiembre, para una variación respecto al tamaño de la economía de un 12.5 %.