Democracia: doctrina política en favor del sistema de gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía mediante la elección libre de sus dirigentes.
Hermosa definición de un sistema político, pero resulta que esa llamada democracia es “asigún”
Para constatar esta última afirmación, solo tenemos que echar un vistazo a los acontecimientos que están sucediendo en la actualidad y a otros del pasado cercano.
En Bolivia, acaban de inhabilitar al señor Evo Morales como candidato a Senador por el partido Movimiento al Socialismo, (MAS), con el argumento de que no ha vivido en el país, según exige la constitución, por los últimos dos años.
Los jueces no tomaron en cuenta, no conviene a los planes de la oligarquía, que el señor Morales vive exiliado en Argentina, en contra de su voluntad, por el golpe de estado del que fue víctima.
No conforme con esto, ahora enfilan sus cañones con la mira apuntando al MAS y su candidato presidencial Luís Arce, quien actualmente encabeza las encuestas con una preferencia de 41.9%, frente al 26.8% del expresidente Carlos Mesa y el 13.3% de la presidenta interina Jeanine Añez.
La señora Añez, ante sus reducidos números, acaba de renunciar a la carrera presidencial y ahora va a tratar de unir esfuerzos con el expresidente Mesa, para intentar detener el casi seguro triunfo del candidato apoyado por Evo Morales.
Algo similar acaba de acontecer en el Ecuador donde sentenciaron en contumacia al expresidente Rafael Correa, a 8 años de prisión, por el delito de cohecho. Esta sentencia lo inhabilita para ser candidato a cualquier posición electoral. Aunque, la popularidad del exmandatario, a pesar de todo, sigue en aumento. Esto es un procedimiento que se repite una y otra vez.
Sucedió en Brasil, a la presidenta Dilma Rousseff la acusaron de “crimen de responsabilidad” porque según el expediente, había violado normas fiscales, maquillando el déficit presupuestal y fue destituida por el congreso.
En cuanto a Lula Da Silva, el cual, aun sin postularse, era el favorito en todas las encuestas para volver a la presidencia de Brasil, le hicieron un juicio por aceptar un apartamento de regalo. Algo que no pudieron demostrar, pero, aun así. Lo condenaron en un sainete de proceso judicial a 11 años de prisión.
Este patrón ha sido el mismo a través, no solo de América, sino también en otros países alrededor del mundo. La constante es, que luego de todas estas acciones “democráticas” y juicios cuasi sumarios, el país en cuestión se desploma económica y socialmente y entonces, los “Wawawas” se vuelcan a las calles a reclamar, algunos de manera violenta, sus conculcadas reivindicaciones.
Ahí están los casos de Brasil, Ecuador, Bolivia, la primavera árabe, que involucró varios países, de los cuales, algunos de ellos hoy están envueltos hasta en guerras civiles.
Hay mucha similitud de cosas sucedidas en otras naciones de América Latina, las cuales no queremos nombrar, para que no se haga muy extenso este trabajo, pero exhortamos a nuestros lectores a establecer comparaciones y lograr sus propias deducciones.
Los “Popis” están unificados en una sola visión, eliminar todo lo que huela a conquistas sociales de la población y reinstaurar regímenes de fuerza y explotación, maquillados como democracias, pues su sed de aumentar sus riquezas, que no aguantarían el más leve soplo de un huracán moral, es increíblemente insaciable y en pos de retenerlas no se andan por las ramas.
¿Democracia? Sí, pero “asigún”
Carlos McCoy
Septiembre 2020