Sí, este país empezó a cambiar el 22 de enero de 2017. Antes, los cambios sólo eran demandados por los políticos profesionales, los opinadores de la prensa, uno que otro gurú intelectual o algún gran tutumpote. Pero a partir de aquella gigantesca Marcha Verde y las que siguieron pueblo por pueblo, hasta los puños en alto en la Plaza de la Bandera, los partidos se han quedado atrás y hoy centenares de organizaciones y líderes sociales proponen leyes, reformas y buenos ciudadanos para cambios verdaderos en todos los espacios que demandan gente auténticamente nueva para enderezar esta chueca democracia.