Pregona la paz y la defensa de los derechos humanos desde hace tres cuartos de siglo, aunque también ha sabido mirar para otro lado, cuando los reclamos no son frente naciones de las del montón, sino de las que tienen la última palabra en sus decisiones claves. No es una organización democrática pero es clave para el fortalecimiento de la cultura democrática.
El mundo, cuyo orden económico y social encarna, que es el de finales de la Segunda Guerra Mundial, no habría parido con éxitos algo más operacional que la Organización de la Naciones Unidas. Para entonces aunque muchos países estaban convencidos de que el mejor sistema de gobernanza era el de la democracia liberal, habían otros que pregonaban un mundo dirigido por partidos únicos que supuestamente encarnaban a la clase obrera.
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Pero esos polos divergentes se habían unido para derrotar el más cruel de los totalitarismos que ha padecido la humanidad, el del nacionalsocialismo de Hitler, que se entendía llamado al dominio del mundo en aras de un supremacismo racial que costó millones de muertos.
La ONU se creó para un mundo que continuaba en conflictos y que siguió en guerras que jamás volvieron a tener carácter global, por lo que se le denominó época de la guerra fría, y para garantizar que la organización nunca pudiera operar de un lado del conflicto se creó un mecanismo en que no son suficientes los votos para una decisión si hay veto de una de las cinco aliadas que ganaron la guerra: China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido.
En el mecanismo de su asamblea general muestra una apariencia democrática impecable, cada país es un voto independiente del tamaño de su población, pero no así en su mecanismo permanente que es el Consejo de Seguridad integrado por quince países entre los que están los cinco permanentes.
Pero pese a todo lo que se le pueda cuestionar, y de hecho, República Dominicana lo hizo desde principio, cuando firmó la carta constitutiva en 1945, se pronunció y votó contra el esquema privilegiado que se había reservado contra cinco países, la ONU ha sido clave para el progreso que ha alcanzado la humanidad a lo largo de los años que tiene de creada.
La ONU tenía una celebración por todo lo alto, pero el Covid19 alteró los planes, y la asamblea y todos los discursos de los presidentes han tenido que emitirse online.
Su secretario general, Antonio Guterres, en la intervención de apertura dijo, entre otras cosas:
“Quienes construyeron las Naciones Unidas hace 75 años vivieron una pandemia, una depresión global, un genocidio y una guerra mundial. Conocían el costo de la discordia y el valor de la unidad”.
“Debemos asegurarnos de que el mundo en desarrollo no caiga en la ruina financiera, la pobreza creciente y la crisis de la deuda. Necesitamos un compromiso colectivo para evitar una espiral descendente”.
“La recuperación necesita construir una capacidad de resiliencia. Eso requiere tanto un nuevo contrato social como un nuevo acuerdo global”.
Resumió su enfoque en seis puntos:
1-Hacer que las sociedades sean más resilientes y garantizar una transición justa; 2-Crear empleos verdes y crecimiento sostenible; 3-Condicionar los rescates de la industria, la aviación y el transporte marítimo al cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París; 4-Acabar con los combustibles fósiles; 5-Considerar los riesgos climáticos en todas las decisiones financieras y políticas; y, 6-Trabajar juntos sin dejar nadie atrás.