Santo Domingo, Rep. Dom.- El Banco Adopem ha desembolsado cerca de 8,500 créditos agropecuarios con un monto global de RD$417.6 millones en los últimos dos años, 2019-2020; los cuales buscan mejorar la seguridad alimentaria de las familias dominicanas, promoviendo la inclusión financiera de clientes rurales y fomentar la dinámica productiva del campo.
Además, la entidad bancaria también informó sobre su cartera “verde”, que al 31 de agosto del 2020 tiene vigente 870 préstamos por un monto de RD$50 millones y un acumulado de 2,559 créditos por un total de RD$118 millones.
Estos préstamos están enfocados a implementar prácticas de cuidado medioambiental, consolidando el Programa de Finanzas Rurales y Ambiente (FRA) para apoyar a productores de zonas rurales y periurbanas vulnerables, con productos y servicios financieros amigables al medioambiente.
Los pequeños agricultores pueden reducir su vulnerabilidad al cambio climático, si cuentan con información, financiamiento y asistencia técnica que les permita implementar medidas adecuadas de adaptación.
En este sentido, las instituciones microfinancieras (IMFs) son un vehículo atractivo para facilitar la adaptación, debido a que cuentan con redes de acceso a las poblaciones más pobres, a las que ayudan a hacer crecer sus activos, desarrollar pequeños negocios y protegerse de riesgos.
Banco Adopem explicó que esto fue posible gracias al trabajo en alianza y el apoyo del Centro Técnico de Cooperación Agrícola y Rural (CTA), ADA-REDCAMIF y ONU-Medio Ambiente.
Los préstamos concedidos a los clientes obedecen a un enfoque del entorno rural con el objetivo de contribuir a sostener la agricultura, impulsar la inclusión financiera, con la dirección estratégica de la Fundación Microfinanzas BBVA, la cual tiene la misión de promover el desarrollo sostenible con los principios de Banca Responsable de ONU Medio Ambiente.
Según datos suministrados por Banco Adopem, están atendiendo 395.387 clientes netos, de los cuales el 41% pertenecen a entornos rurales.
Además de la ampliación del FRA para apoyar a productores de zonas rurales y periurbanas vulnerables, también, en un acuerdo con la organización no gubernamental “Hábitat para la Humanidad”, se diseñó y desarrolló el producto financiero “Eco Vivienda Adopem”, el cual financia y promociona viviendas verdes que mejoran la calidad de vida de la población rural a través del uso de tecnologías y prácticas ambientalmente sostenibles, este último producto se enfoca en el financiamiento de tres grandes temas: agua y saneamiento, energía e iluminación e infraestructura y medios de vida.
Así mismo, se concretó una alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU-Medio Ambiente), para implementar el proyecto “MEbA” (Microfinanzas para la Adaptación basada en Ecosistemas); con este proyecto se han incluido indicadores ambientales de la actividad a financiar, como parte en la evaluación y decisión final sobre la solicitud del préstamo.
Además de la definición de los indicadores, se han definido unos 17 destinos productivos con sostenibilidad ambiental.
El objetivo es profundizar en la medición de los destinos definidos, que son prácticas y medidas técnicas de adaptación mitigación del cambio climático, para mejorar la resiliencia de los clientes vulnerables. Los destinos definidos son las prácticas sostenibles con mayor potencial para ser promovidas entre los clientes rurales con alta vulnerabilidad ante el cambio climático.
En el marco del desarrollo del Proyecto MEbA, se han utilizado algunas herramientas y metodologías para el establecimiento de indicadores de sostenibilidad y mejorar la reportería de la implementación del proyecto. Las principales herramientas son: indicadores de riesgos, elaboración de fichas referenciales, índices de capacidad adaptativa e índice de verificación.
El compromiso del Banco Adopem se fundamenta en que la mayoría de los clientes de IMF´s tienen marginación socioeconómica y están ubicados en zonas vulnerables, lo cual representa riesgos para la sostenibilidad de sus medios de vida.
A través de líneas de financiamiento que fomenta en prácticas sostenibles, se colabora con la salud de ecosistemas agropecuarios y el aumento de ingresos de poblaciones rurales. Por tal razón, el compromiso institucional es el motor impulsor de las iniciativas “verdes”, lo que incluye el proyecto de medición de la “Huella de Carbono” de la institución y la implementación de estrategias para su disminución.