El triunfo del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, crea grandes expectativas ante el gobierno que impulsará y lógicamente, el tipo de relaciones que tendrá con la comunidad internacional, particularmente, China y Rusia. ¿Habrá preeminencia hacia América Latina?
Esta vez hay una novedad histórica, por primera vez es elegida una mujer como vicepresidenta, la carismática política y abogada y también ex senadora por el estado de California, Kamala Harris.
Tiene ascendencia materna de Tamil Nadu, en la India y paterna, de Jamaica, país insular caribeño, con excelentes cualidades discursivas.
La agenda de prioridades del ex vicepresidente y ahora presidente electo de EE.UU., estará orientada a armonizar y buscar alternativas que permitan cicatrizar las profundas heridas en la sociedad estadounidense, alentadas por un liderazgo personalista y de confrontaciones, encarnado en la figura del presidente Donald Trump.
Se priorizará en mecanismos tendentes para combatir la Covid-19 y buscar la reactivación de la economía y generación de empleos.
Como primera medida, el futuro gobierno demócrata prepara una serie de órdenes ejecutivas para revertir las decisiones más conflictivas que quieren por Trump.
Sobresalen en este aspecto, el retorno de Estados Unidos al Acuerdo del Clima de Paris, suscrito en la gestión del ex presidente Barack Obama.
Igualmente volver a la Organización Mundial de la Salud (OMS); revertir restricciones migratorias aplicadas por el gobierno de Trump, reducción de medidas fiscales que no protegen a la clase media y el restablecimiento de casi un centenar de disposiciones de salud pública y medio ambiente impulsadas por Obama, que derogó la administración de cuatro años de Trump.
Este Acuerdo, rubricado por 197 países a instancia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quedó instituido en diciembre del 2015, en la Conferencia sobre el Clima de París. El mismo busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, responsable del calentamiento de la atmósfera a nivel global.
Pero solo 16 naciones de las firmantes cumplen lo acordado en protección del medio ambiente y los recursos naturales. Argelia, Canadá, Costa Rica, Etiopía, Guatemala, Indonesia, Japón, Macedonia, Malasia, Montenegro, Noruega, Papúa Nueva Guinea, Perú, Samoa, Singapur y Tonga.
Biden, de otro lado, podría establecer conversaciones directas con el gobierno de Irán, pero ello dependderá, de la postura del liderato iraní en el futuro inmediato.
Salud es urgencia
Un equipo de expertos y científicos de la salud vinculados a las futuras autoridades, ya tiene la mira en las nuevas políticas sanitarias para “frenar” la pandemia de la Covid-19, que sólo en Estados Unidos ha matado 239 mil personas y contagiado a diez millones de estadounidenses.
El 20% del millón de fallecidos por la pandemia están en Norteamérica, y 21 estados reportan un aumento de los casos, como Nebraska; Alabama, Alaska, Colorado, Idaho, Indiana, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Montana, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo México, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Oregon, Carolina del Sur, Dakota del Sur, Utah, Vermont, Washington, Wisconsin y Wyoming.
Y siete estados muestran tendencias a la baja en los nuevos casos. Ellos son: Arizona, Florida, Georgia, Maryland, Rhode Island, Texas y Virginia.
Evidentemente, la administración de Biden que se instala el 20 de enero del 2021, afrontará un sanitario complejo. Los expertos en salud advierten que podría incrementar el número de contagios por el otoño y la cercanía del invierno.
Cuatro prioridades
Los asesores y funcionarios de Biden apuntan aceleradamente la redacción de las cuatro precedentes del nuevo mandato, que incluye, la crisis del coronavirus; la recesión económica, cambio climático y la problemática racial.
En el ámbito público de la salud, el futuro gobierno de Biden (2021-2025), enfatizará en lo siguiente: Una respuesta decisiva de salud que garantiza la amplia disponibilidad de pruebas gratuitas; la eliminación de todas las barreras de costos para el cuidado preventivo y el tratamiento del COVID-19; el desarrollo de una vacuna; y el despliegue completo y la operación de los suministros, personal e instalaciones necesarias.
COVID-19, ¿sepultó a Trump?
Analistas coinciden en que el mal manejo de la pandemia por parte del gobierno de Donald Trump, fue preponderante en su derrota electoral del martes tres de noviembre.
Además, sus embestidas y descalificaciones hacia la comunidad científica que en varias ocasiones advirtió al gobierno norteamericano sobre la peligrosidad del mortal virus.
Trump inclusive, llegó a contradecir y hasta desautorizar a su asesor científico, el prominente médico Anthony Fauci, a quien llamó “idiota” en plena efervescencia de la enfermedad.
La pandemia ha impactado severamente la economía de Estados Unidos, y el Departamento de Comercio dijo que el PIB cayó en el segundo trimestre del año un 9,5%.
Esta contracción de la base económica estadounidense ha obligado al gobierno a otorgar ayudas a 17 millones de desempleados.
Otro factor devastador en la gestión de Trump fueron los casos de abusos policiales contra afroamericanos registrados entre 2019-2020 en diversos estados, que levantaron la ira de la población.
“Las vidas negras importan (Black Lives Matter)” incentivó con la fuerza mayor la lucha por el respeto a la dignidad de la ciudadanía negra.
Biden y la geopolítica mundial
En todo el proceso electoral pasado, Biden prometió impulsar el liderazgo de Estados Unidos en el mundo y fortalecer sus tradicionales vínculos con sus aliados internacionales.
¿Cuáles serán las políticas que aplicará en torno a China y Rusia? Ha sido notario el enfriamiento de la influencia norteamericana entre sus aliados occidentales, especialmente de Europa cuando Donald Trump exigió a los estados miembros de la OTAN, aportar sus cuotas y cumplir con las obligaciones financieras establecidas.
Ángela Melker, canciller federal de Alemania, ha planteado a Biden trabajar “codo con codo” para afrontar los retos globales.
El líder y presidente de la República Popular de China, Xi Jinping, quien todavía no ha felicitado al demócrata Biden por su triunfo, luce cauto a espera de ver las acciones de la futura administración estadounidense.
La Unión Europea cree que sus relaciones con Norteamérica serán más positivas a partir del ascenso de los demócratas al poder.
A nivel de América Latina, muchas interrogantes surgen ante el triunfo demócrata por la cercanía con la potencia del norte, así como sus vínculos tradicionales.
Los presidentes de República Dominicana, Luis Abinader; de Colombia, Iván Duque; de Argentina, Alberto Fernández; de Cuba, Miguel Díaz-Canel y de Chile, Sebastián Piñera, felicitaron al presidente electo de EE.UU.
Artículo de Manuel Díaz Aponte
Domingo, 9 de noviembre de 2020.