El Gobierno Dominicano ha decidido extender hasta el primero de diciembre la vigencia del toque queda impuesto originalmente a mediados de marzo como medida para mitigar el impacto del Covid-19 y reducir la tasa de mortalidad en la población.
Se trata de una política de Estado necesaria e indispensable hasta tanto el país no disponga de una vacuna eficaz para controlar la propagación de la enfermedad o no se logre avanzar hacia un modelo de responsabilidad ciudadana que contribuya a frenar las prácticas sociales que propician la trasmisión comunitaria de la pandemia.
La buena noticia es que en la República Dominicana se ha puesto en marcha una interesante iniciativa de empoderamiento social y educación ciudadana, apoyada por las autoridades del sector salud y varios gobiernos municipales, que ha logrado contener o revertir el impacto del Covid-19 en algunas comunidades específicas.
La experiencia se ha registrado y evaluado en los barrios Loma del Chivo y La Zurza, del Distrito Nacional; el municipio Santo Domingo Norte, provincia Santo Domingo; la comunidad de Verón-Punta Cana, provincia Altagracia; y el poblado de Santana, en la provincia Peravia. En estas demarcaciones, la principal responsabilidad frente a la amenaza sanitaria ha sido asumida por las juntas de vecinos, las organizaciones sociales y religiosas, las autoridades locales y las direcciones provinciales de salud.
Aunque no se conocen datos oficiales rigurosamente actualizados sobre la evolución de la pandemia en esas zonas, las organizaciones responsables del trabajo comunitario sostienen que las cifras de contagio y mortalidad se han reducido drásticamente, en comparación con la fase previa.
Sin embargo, hay un hecho evidente. En cada una de estas comunidades los propios comunitarios se han convertido en los principales activistas frente a la Pandemia, se ha logrado una notable mejoría en el comportamiento de la población frente a las medidas de prevención y ha mejorado en tiempo y calidad la atención sanitaria a las personas las personas afectadas por síntomas sospechosos, reduciendo con ello los riesgos de desarrollar la enfermedad, la necesidad de hospitalización y el índice de mortalidad.
Algunos argumentos:
En La Loma del Chivo, hasta mediados de noviembre, no se había registrado ningún fallecimiento por Covid-19 después de iniciado el proyecto piloto en la tercera semana de agosto. El movimiento comunitario de este sector, apoyado por el Ministerio de Salud y la alcaldía de la Capital, no solo trabaja en una estrategia de seguimiento del Covid-19, sino que también ha asumido la responsabilidad de promover una disciplina de respeto a las medidas de prevención trazadas por las autoridades.
En La Zurza, un barrio con una reconocida tradición de organización comunitaria, el programa de prevención, seguimiento y educación ciudadana, se inició a principios de septiembre, y de acuerdo a los representantes del proyecto, en la zona solo se ha producido una muerte correspondiente a un ciudadano residente en Santo Domingo Norte, que trabaja en el sector.
En Santo Domingo Norte, cuando se inició la respuesta comunitaria, en coordinación con la alcaldía local y el área 3 del Ministerio de Salud, el pasado 8 de septiembre, el promedio de contagio en el municipio era de 871 casos mensuales; y 30 días después, es decir, el 9 de octubre, el promedio se redujo a 490 casos, una disminución del 56%.
En las primeras 6 semanas de aplicación del plan los fallecidos fueron disminuyendo gradualmente hasta llegar a cero casos, comparando la primera semana de septiembre, con una mortalidad de 10 personas, con la semana del 17 al 28 de octubre, en que no se registró ningún fallecimiento en el municipio.
En Verón-Punta Cana, la integración del movimiento comunitario de Verón, a principios de septiembre, contribuyó a afianzar una de las más bajas tasas de contagio y mortalidad de todo el país, lo que ha contribuido a respaldar la decisión del Gobierno Dominicano de disponer la reapertura del turismo en el más reconocido destino turístico del Caribe.
Un reciente informe de la Red Covid-19 de Verón-Punta, coordinada por el dirigente comunitario Alcibíades Rodríguez, sostiene que en esa zona se ha logrado reducir a cero el número de personas fallecidas desde el inicio del plan, logro que atribuyó al trabajo desplegado por la comunidad y el sector empresarial vinculado al turismo, con apoyo de la Dirección Provincial de Salud, dirigida por el doctor Víctor Rodríguez, los principales centros privados de salud y de y otros actores de esa zona turística.
El Distrito Municipal de Santana, perteneciente a la provincia Peravia, presentaba la envidiable marca de no registrar, hasta fines de octubre, ninguna muerte relacionada con la enfermedad.
Según sus voceros, la clave de este desempeño ha sido el compromiso activo de las nuevas autoridades municipales, conjuntamente con la Dirección Provincial de Salud, la Defensa Civil, las juntas de vecinos, la representación del comercio, el Distrito Escolar, la Policía Nacional, la Iglesia Buenas Nuevas y la Asociación de Padres y Amigos de la Escuela.
Los profesionales y organizaciones responsables de este proyecto, incluyendo la Confederación Nacional de Juntas de Vecinos (CONAJUVE); la Fundación Loma del Chivo, la Acción Comunitaria por el Progreso (ACOPRO); el Centro para la Educación y el Desarrollo, Inc. (CEDUCA); la Fundación de Desarrollo de la Zurza (FUNDAZURZA); la Red Comunitaria Covid-19 de Verón-Punta Cana; y el conjunto de organizaciones sociales orientadas por el doctor Leonardo Martínez, en el Distrito Municipal de Santana, evalúan con el ministro de Salud, doctor Plutarco Arias, la viabilidad de extender este emprendimiento social al resto del país, que podría convertirse en un referente de buena práctica para todo el mundo. (17 de noviembre 2020)