A finales de 2019, la población mundial reaccionó con asombro e incredibilidad a los reportes de prensa internacionales que llegaban del continente asiático destacando la aparición en un mercado de la ciudad Wuhan, en China, de un virus mortal identificado con el nombre SARS- CoV-2 o Covid-19.
La preocupación internacional creció rápidamente tan pronto los reportes oficiales indicaban que el virus se había expandido a España e Italia causando desconcierto a los gobiernos europeos y a la clase médica de esas naciones por la rápida infestación y muerte de cientos de sus habitantes.
Los sentimientos solidarios de los habitantes de los países del mundo, llenos de espanto, saciaban su curiosidad con los noticieros que ofrecían detalles del contagio y masivas muertes de seres humanos por culpa del referido coronavirus.
Al tocar tierra en los países de occidente a principio de este año, en especial en los EE.UU., el terror y el pánico se apoderaron de los norteamericanos, América Latina, el Caribe y las Antillas menores a sabiendas que la muerte podría tocar las puertas en cualquier momento.
Neumólogos, virólogos, médicos especialistas en enfermedades infecto-contagiosas y científicos se unificaron en la búsqueda de cómo combatir o detener con urgencia el mal que castigaba a la humanidad.
En principio, los médicos trataron los problemas respiratorios causados por el Covid-19 con la implementación urgente de respiradores, medida preventiva que resultó ser fatídica para los afectados con el virus.
Solo en nueva York, datos estadísticos revelan que el 88% de muertes por Covid-19 fue por causa de los respiradores. Un error médico reconocido ya que al ver que un paciente le faltaba la respiración inmediatamente le colocaban en un respirador tratando de salvar la vida del paciente.
En Europa, los reportes de los hospitales españoles e italianos fue desgarrador por el número de muertes diaria hasta que se descubrió que este procedimiento no era el más indicado.
La estrategia más efectiva impuesta de manera global fueron los protocolos de protección paliativa con el uso de mascarillas, lavarse las manos con jabón constantemente y establecer el distanciamiento para contener la pandemia hasta tanto se descubriera un medicamento o vacuna.
A casi un año del inicio de la nueva pandemia del coronavirus, y luego de intensas labores de investigación científicas a nivel mundial, ya se tienen varias vacunas con porcentaje de efectividad por encima de del 90%.
Según reportes científicos y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen en todo el mundo más de 200 vacunas en ensayos de pruebas de sus diferentes fases para luego entrar en el proceso de fabricación, almacenamiento y distribución masiva.
El Centro de Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés), ya convocaron para el primero de diciembre a una reunión de emergencia para discutir la distribución de las vacunas que ya se tienen listas en cantidades millonarias.
Todas las vacunas contra el Covid-19 y otras enfermedades virales contagiosas tienen un periodo de efectividad de menos de un año, por lo que será necesario repetir la vacunación cada año al igual que otras vacunas que así lo requieren como la influenza o gripe.
Pero cuál sería la logística de los gobiernos para iniciar la vacunación masiva a una población global que sobrepasa los 5 billones de personas?
El proceso de vacunación a la humanidad contra el Covid-19 durará años y muchos morirán esperando su turno de vacunación, especialmente los países pobres del mundo.
Informes publicados indican que los primeros en recibir la vacunación serian los médicos, enfermeras y personal de salud de primera línea, luego los hospitalizados más vulnerables, para seguir con los ancianos y niños y completar luego con jóvenes y adultos.
Hay que destacar que las vacunas antivirales no son todas iguales en periodo de tiempo de efectividad, algunas solo requieren una sola dosis por un año entero, mientras que otras necesitarían tres dosis al año.
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Los laboratorios Pfitzer aseguran que podrían tener en existencia unas 50 millones de vacunas para este fin de año y otra producción de 1,300 millones en 2021.
Aún no sabemos cuántas vacunas podrían producir y tener lista para su almacenamiento y distribución los laboratorios de la compañía Johnson & Johnson y Moderna, Inc., Aztra-Zeneca entre otras.
Los rusos tienen ya su vacuna contra el covid-19 conocida como Sputnik V, además del proceso de vacunación nacional, la están ofreciendo a la venta al resto del mundo.
En China, lugar donde nació el coronavirus, también tienen la Coronavac y otras de igual efectividad.
Aún así, el mundo sigue infectándose en una segunda ola más agresiva que la primera. En la actualidad, 62.1 millones de personas están infectadas y 1.4 millones ya han fallecidos por causa del coronavirus.
En los EE.UU., 13.4 millones padecen la enfermedad y más de 271 mil han muerto. Solo en los últimos 4 días, la nación norteamericana ha reportado más de 2,000 muertes por Covid-19.