Santo Domingo, República Dominicana._ Los gobiernos de República Dominicana y la República de Haití dejaron abiertos canales de comunicación privilegiados que contribuirán al establecimiento de iniciativas que aporten soluciones a las diferentes situaciones que enfrentan ambos países.
Así lo informó el canciller Roberto Álvarez luego de una reunión con su homólogo haitiano Claude Joseph, en la que conversaron sobre diversos temas de interés común.
“Para el gobierno dominicano, es de la más alta prioridad establecer una agenda-futuro con Haití. Esta agenda abordaría temas trascendentales para el desarrollo y el beneficio de ambas naciones. Entre ellos, formalizar y potenciar el comercio binacional en ambas direcciones, establecer programas de cooperación técnica entre ambos Estados, acercar nuestras posiciones en los foros regionales y en general crear un marco común para proteger esta isla que compartirnos y lograr el bienestar de nuestros pueblos”, dijo el canciller dominicano.
Álvarez señaló que la frontera entre estas repúblicas debe y puede convertirse en una fuente de bienestar y progreso para los ciudadanos de ambos países, por lo que hoy dan un paso importante en el camino hacia esa meta, ya que afirma: sólo una frontera ordenada permitirá a ambos Estados sacar provecho del intercambio económico que ella genera.
“En la Cancillería, tenemos la firme convicción de que una frontera ordenada, significa que se generarán empleos, mejores ingresos, condiciones ambientales y ecológicas para un desarrollo humano sostenible”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores de la República Dominicana.
Ambos cancilleres dieron inicio a esta agenda bilateral con la firma de un protocolo para la reparación o reemplazo de las pirámides comunes 240, 241 y 251 que identifican límites fronterizos entre ambas naciones en la misma ubicación establecida por los acuerdos de delimitación de la frontera.
“Estas pirámides quedaron sepultadas bajo agua producto de la crecida de los lagos Azuey y Enriquillo hace varios años. Además, el mismo fenómeno natural generó el desplazamiento de comunidades aledañas hacia territorio dominicano. El protocolo que hoy firmamos, que se ha venido negociando satisfactoriamente desde hace ya algún tiempo, nos permite reubicar esas comunidades de manera pacífica y ordenada y reestablecer las pirámides comunes”, explicó Roberto Álvarez.
El documento firmado por ambos ministros de Relaciones Exteriores establece que cada país designará una Comisión Técnica que hará el levantamiento topográfico, la elaboración de planos y maquetas con miras a reestablecer estas pirámides o cualquier otra posiblemente dañada, sumergida o enterrada entre las pirámides comunes 238 y 252.
Esta comisión también elaborará el presupuesto estimado para la movilización de equipos y maquinarias indispensables y la distribución equitativa de costos entre las dos partes para lograr los propósitos antes mencionados.
Además de la realización de estas obras, la Comisión Técnica realizará todas las intervenciones que conduzcan a la instalación de dichas pirámides, su seguridad y su adaptabilidad a las condiciones climáticas y ambientales, especialmente las creadas por las periódicas crecidas de aguas del Lago Azueï.
A más tardar dos semanas después de la firma de este protocolo, ambas partes designarán mediante nota diplomática a los miembros de su respectiva comisión y a más tardar dos semanas después de conformadas, iniciarán los trabajos en la frontera.
La realización de estos trabajos se normará por el Tratado del 21 de enero de 1929 sobre la delimitación de la frontera entre los dos países; el Tratado de Amistad, Paz Perpetua y Arbitraje firmado el 20 de febrero de 1929; el Acuerdo de Límites Fronterizos del 27 de febrero de 1935; el Protocolo adicional al Tratado de Fronteras del 21 de enero de 1929 firmado el 9 de marzo de 1936, su Anexo y los planes relacionados; y el Acta relativa al trabajo de inventario conjunto de las pirámides fronterizas realizado en 2002, todos relacionados con los límites territoriales de los dos países.