Con interés, curiosidad y sin prisa, dediqué unos minutos a la lectura de las 454 palabras que el Presidente Luis Abinader enviara en una carta a los funcionarios de su administración, en ocasión a las recientes actuaciones del Ministerio Público en República Dominicana.
De los 12 párrafos escritos, sin contar las siete palabras que componen la introducción y la despedida del documento, solo hay uno que pareciera ser la clave quemotivó la inquietud del mandatario.
No cabe duda, como lo afirma el Presidente Abinader en su primer párrafo, que la nueva administración delgobierno ha estado trabajando sin descanso para cumplir las promesas que hiciera al pueblo dominicano durante la pasada campaña electoral.
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Las esperanzas y confianzas depositadas en los dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM)tuvieron su razón de ser: cambiar una administración corrupta e indolente por un nuevo gobierno transparente, justo y honesto que transforme la República Dominicana en una nación próspera y diferente a la que pregonarondurante 20 años los ex presidentes Leonel Fernández (12) y Danilo Medina (8) del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Abinader afirma en el segundo párrafo de su escrito dirigido a sus ministros, que no le está fallando ni le va a fallar a la sociedad, a la que se ha comprometido hacer cumplir sus promesas de realizar los cambios reclamados por el pueblo dominicano en todas sus manifestaciones.
Los dominicanos dentro y fuera del país creyeron en sus palabras, y lo manifestaron mayoritariamente con el voto en las urnas para llevarlo al poder, por una justicia independiente y autónoma que se encargara de aplicartodo el peso de la ley a los que prevaricaron los fondos públicos de forma antojadiza y sin control administrativo.
Siendo el Jefe del Estado la persona mejor informada del país, Abinader asegura en su tercer párrafo que no tiene conocimiento alguno de las operaciones judiciales que llevan a cabo la Procuraduría General de la República como órgano rector del Ministerio Público contra los ex funcionarios de la pasada administración peledeísta.
Certifica con toda honestidad, en su siguiente párrafo que los procesos judiciales iniciados con paciencia y firmezase están realizando “con justicia e independencia”, reafirmando en el quinto que “el Ministerio Público tiene total libertad para investigar y someter a la justicia cualquier expediente que involucre cualquier acción contra el patrimonio de los dominicanos”.
Cuánta firmeza y confianza emana el Presidente Abinader en todas esas 140 palabras de sus primeros cinco párrafos.
Pero donde él muestra una debilidad inesperada, es en el sexto párrafo, cuando en un mensaje subliminal,rompiendo su posición de no inmiscuirse en los asuntos de un Poder Judicial “independiente y autónomo”, rechazasutilmente y sin querer o queriendo, las acciones de quienes están tratando de eliminar la coraza de impunidad que impusieron los corruptos del pasado gobierno.
Aunque se quiere adjudicar que la carta solo está dirigidaa los funcionarios de su gobierno, esta parte de su misiva va dirigida directamente al Ministerio Público.
Hasta donde hemos observado, los apresamientos realizados por el Ministerio Público no han sido un circo ni un espectáculo degradante, como denuncian los cómplices de los implicados apresados. Tampoco son acciones de venganza para dividir el país ni polarizarlo,como se lee en el documento. Actuaron como manda la ley, para asegurar la legitimidad de sus procedimientos.
No se necesita ser un experto para saber que después de los primeros arrestos de ex funcionarios del anterior gobierno, el presidente Abinader pudiera estar recibiendo fuertes presiones de sectores económicamente poderosos comprometidos por alguna razón con los apresados, entre estos dos hermanos del expresidente Danilo Medina.
La iniciativa reclamada y puesta en ejecución por los representantes de esa justicia “independiente y autónoma” mejor conocida como “Operación anti pulpo” ya no puede tener retorno.
Las imágenes de los apresamientos dadas a conocer causaron revuelo colectivo a nivel nacional e internacional. Las reacciones populares fueron de alegríay apoyo a las ejecutorias.
La petición sugerida en el sexto párrafo se interpreta como una injerencia del Presidente Abinader en un Poder Judicial que tiene un sello otorgado por el propio mandatario como “independiente y autónomo”.
Ante la extraña debilidad mostrada en esas tres líneas de 43 palabras, pudiera con ellas debilitar los impulsos de perseguir y aplicar todo el peso de la Ley, caiga quien caiga, contra los infractores de la pasada administración peledeísta.
Los siguientes seis párrafos, al igual que los primeros cinco, sí que están dirigidos a los miembros del gabinete presidencial.
Haciendo hincapié e indicando a manera de advertencia que la lupa de la sociedad está sobre esta nueva administración, por lo que deben trabajar con absoluta honestidad y honradez ya que nadie los protegerá en caso de cometer un acto ilícito en sus funciones.
Como bien refiere Abinader, casi al termino del documento, ya no cabe en este país un comportamiento que no se ajuste a los valores de ética y transparencia, recordando a sus funcionarios el objetivo por el cual fueron electos: “mejorar la vida de la gente y dejar un país mejor que el que encontraron”.
