Ha iniciado su rodaje El documental “El fotógrafo de la 40”, dirigido por Erika Santelices y Orlando Barría, narrando la historia recuperada del acto de valentía y sacrificio de Pedro Aníbal Fuentes Berg, quien entregó su vida para dar a conocer las fotografías que realizó en la cárcel de La 40 a los presos políticos del régimen.
La más icónica de las fotos que tomó corresponde a la del cabo de la entonces Marina de Guerra (MDG), José Mesón, en tortura en la silla eléctrica, fotografía trasciende y se transforma en el símbolo de la represión y control político de la dictadura trujillista.
El documental ganó como proyecto el Fondo de Promoción Cinematográfica (FONPROCINE) 2019 a que convoca la Dirección General de Cine, los directores, fotoperiodistas corresponsales de agencias internacionales de noticias, radicados en nuestro país desde hace casi dos décadas.
Como fotógrafos, decidieron indagar sobre la vida de este fotógrafo dominicano, según comentan, “creemos que esta es una historia que merece ser conocida por todos, incluso fuera de estas fronteras.
Los acontecimientos, aunque son locales, son parte de los universos comunes de Latinoamérica donde somos similares y diversos a la vez”. Fernando Santos Díaz, fue productor de Cocote (Nelson Carlo de los Santos), reconocida por Asociación Dominicana de la Prensa y Crítica Cinematográfica (ADOPRESCI), como la película más destacada de la época. Su más reciente producción es la película Liborio, un acercamiento autoral a la comunidad que se generó alrededor de la figura de este líder mesiánico, aún por estrenar.
El otro productor es Pablo Mustonen es el productor ejecutivo, reconocido productor audiovisual dominicano, fundador de la revista Cineasta, que se ha desempeñado en la producción de películas como La Gunguna, Azul Magia, MOSH y Miriam Miente. Ambos productores agradecen a la Dirección General de Cine y su premio Fonprocine y a las empresas Magna Motors y La Innovación, que auspician el trabajo audiovisual.
La historia dice…
El historiador Alejandro Paulino Ramos, en su libro La Dictadura de Trujillo. Represión y control político sostiene que la cárcel secreta conocida como “La 40”, fue instalada por la dictadura con el fin de interrogar aplicando crueles torturas y asesinar a los opositores.
Sus actividades estaban íntimamente ligadas a la existencia del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), organismo de inteligencia organizado en principios bajo las orientaciones del general Arturo Espaillat, un personaje tenebroso al que llamaban “Nabajita” y quien tuvo destacada participación en 1956, como jefe de lo que fue el Servicio de Inteligencia en el Exterior, en el secuestro y asesinato del español Jesús de Galíndez, según Paulino Ramos en Acento.com.do.
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