Un hecho aislado, pero a la vez alarmante, ocurrió el pasado jueves 14 cuando un hombre fue captado en un video de vigilancia caminando tranquilamente con un rifle de asalto
A partir de la juramentación de los demócratas Joe Biden y Kamala Harris como presidente y vicepresidente este miércoles 20 de enero, los EE.UU., pudieran enfrentar un agitado período de cuatro años de gobierno muy conflictivo en lo político y social, y en medio de la creciente pandemia del Covid-19.
Los hechos vandálicos ocurridos el pasado 6 de enero en el Capitolio, sede del Congreso en Washington, D.C., no solamente han recibido el rechazo de casi toda la nación norteamericana, sino también de los principales líderes gubernamentales a nivel mundial.
Todas las agencias de investigación federal y policial que laboran bajo la dirección del Departamento de Seguridad Nacional de los EE.UU., (DHS, por sus siglas en inglés), están en alerta máxima tras recibir informaciones creíbles de que personas vinculadas a grupos supremacistas blanco intentarían cometer actos violencia durante y después de los actos de juramentación oficial de Biden y Harris.
El Buró Federal de investigaciones (FBI), el Servicio Secreto, la Guardia Nacional, así como los departamentos de la policía federal y estatal han logrado en conjunto poner bajo arresto a los principales cabecillas de los actos violentos que se produjeron en el Capitolio.
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Las informaciones que las autoridades de seguridad han logrado obtener de algunos de los apresados líderes de los grupos anarquistas que penetraron a los salones de la Cámara de Representantes y del Senado en el asalto al Congreso, aseguran que hay amenazas creíbles de que se podrían cometer actos de violencia a nivel nacional, en represalia al supuesto fraude electoral del 3 de noviembre que hizo perder las elecciones a quien ellos consideran su líder, el presidente saliente Donald Trump.
Faltando apenas tres días para que Trump abandone la Casa Blanca de manera obligatoria, tras la Congreso certificar a Biden y Harris como los nuevos mandatarios electos de la nación, y tras las revelaciones del FBI sobre los supuestos planes violentos que podrían manifestarse a nivel nacional, la población en este país está a la expectativa y temerosa por lo que pudiera ocurrir en cualquier momento.
Un hecho aislado, pero a la vez alarmante, ocurrió el pasado jueves 14 cuando un hombre fue captado en un video de vigilancia caminando tranquilamente con un rifle de asalto y cargador de alto calibre en sus manos por la avenida Webster, en Norwood, Bronx, Nueva York, cerca de las 3:30 de la tarde. El desconocido aún no ha sido apresado por la policía.
Donald Trump entregará el mando presidencial muy disgustado, tras mantener la creencia de que tuvo que abandonar la Casa Blanca por haberse consumado un supuesto fraude electoral en su contra, del que acusa a sus adversarios demócratas en las elecciones de noviembre pasado. Y lo hará dando fe a su palabra de que si perdía las elecciones no reconocería al vencedor de esta.
En represalia por haber sido derrotado “fraudulentamente”, Trump anunció que estará ausente en los actos protocolares de ascensión al poder de Biden y Kamala Harris, y se irá de la Casa Blanca solo horas antes de la llegada de los nuevos mandatarios juramentados.
Ante las activaciones de los diversos grupos extremistas, la nueva administración de Joe Biden se verá en la necesidad de renovar y fortalecer los organismos de seguridad de la nación más controlada y vigilada del mundo.
Trump ha sido acusado por la Cámara de Representantes de ser el principal instigador de la violencia que se produjo en el Congreso.
Por tal razón, ha sido llevado a un segundo juicio político “Impeachment” con miras a destituirlo del cargo antes del 20 de enero, o inhabilitarlo para ocupar cualquier cargo público en el futuro.
Por los hechos acaecidos, pareciera que la Casa Blanca, el Capitolio, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y otras resguardadas edificaciones oficiales en los EE.UU, son fácilmente vulnerables a asaltos y atentados por parte de grupos extremistas locales o extranjeros.
Productores de Hollywood han logrado pronosticar con sus fantasiosas creaciones cinematográficas de largo metraje situaciones difíciles de ocurrir en la vida real pero no imposible, impactando en el gusto de los cineastas a nivel mundial.
Haciendo una comparación de los recientes hechos, las series de acción y aventura más coincidentes en ese sentido han sido las producciones “Los dioses nos han traicionado” (Olympus has fallen) 2013, y “Los Ángeles nos han fallado”, (Angel has fallen) 2019, ambas bajo la dirección de Antoine Fuqua y la participación protagónica de Morgan Freeman, como presidente de los EE.UU., y Gerald Butler como oficial del FBI.
En ambas producciones, el director Antoine Fuqua nos enseña la facilidad con que terroristas internacionales cumplen su misión de atacar violentamente la sede de la Casa Blanca para asesinar al presidente.
Los hechos ocurridos el pasado 6 de enero en el Capitolio no era una producción cinematográfica. Fue un ataque real, no con terroristas internacionales, sino locales, donde hubo muertos, destrucción, robo y violencia.
Aún no han sido reveladas las verdaderas intenciones de los cabecillas que invadieron el Congreso. Pero por lo que llevaban consigo, armas de fuego, bombas Molotov y cantidades de esposas plásticas, según se ha revelado, las autoridades asumen que eran planes desastrosos que no lograron materializar, gracias a los agentes de seguridad interna del Congreso, que lograron trasladar a un lugar seguro a los legisladores de ambos partidos.