Esa pérdida, de 8,8 por ciento en las horas de trabajo, fue cuatro veces mayor que la causada por la crisis financiera de 2009, y provocó una disminución de 8,3 por ciento de los ingresos provenientes del trabajo en todo el mundo.
GINEBRA, 25 ene 2021 (IPS) – El mundo perdió en horas de labor a lo largo de 2020, por causa de la pandemia covid-19, el equivalente a 255 millones de empleos, aunque se vislumbran signos de recuperación, indicó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe divulgado este lunes 25.
Esa pérdida, de 8,8 por ciento en las horas de trabajo, fue cuatro veces mayor que la causada por la crisis financiera de 2009, y provocó una disminución de 8,3 por ciento de los ingresos provenientes del trabajo en todo el mundo.
La cifra equivale a 3,7 billones (millones de millones) de dólares o 4,4 por ciento del producto bruto mundial.
Para 81 millones de personas la disminución de la ocupación significó una salida de la fuerza de trabajo, es decir, que se produjo su salida del mercado laboral por no poder trabajar, probablemente debido a restricciones por la pandemia o porque las personas afectadas dejaron de buscar empleo.“Los indicios de recuperación que vemos son alentadores, pero son frágiles y muy inciertos, y cabe recordar que ningún país o grupo puede recuperarse por sus propios medios”: Guy Ryder.
Las mujeres y los jóvenes se han visto particularmente afectados. A escala mundial, la tasa de ocupación de las mujeres se redujo cinco por ciento, frente a 3,9 por ciento en el caso de los hombres.
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Las mujeres “tienen muchas más probabilidades que los hombres de salir del mercado de trabajo y de dejar de formar parte de la fuerza de trabajo”, reconoce la OIT.
Los trabajadores más jóvenes también se vieron particularmente afectados, ya sea por la pérdida de empleo, la salida de la fuerza de trabajo, o la incorporación tardía a la misma. Las tasas de ocupación de los jóvenes (de 15 a 24 años) disminuyó en 8,7 por ciento al 3,7 por ciento en el caso de los adultos.
Ello “pone de relieve un riesgo muy elevado de una generación perdida”, de acuerdo con la agencia de las Naciones Unidas para cuestiones de trabajo.
Al discriminar la situación por sectores, la OIT encontró que el más afectado fue el de hotelería y restauración, en el que la tasa de ocupación se redujo en más de 20 por ciento, seguido de los del comercio minorista y producción industrial.
En cambio, aumentó durante el segundo y tercer trimestre de 2020 la tasa de ocupación en el sector de la información y la comunicación, así como en finanzas y los seguros, y muy reducidamente en los sectores de minería y servicios públicos.
Por regiones, las pérdidas más altas se produjeron en América Latina y el Caribe, de 16,2 por ciento de horas de labor, frente a tasas de 9,2 por ciento en horas perdidas en América del Norte, Europa y Asia central.
En los Estados árabes las pérdidas de horas de labor alcanzaron nueve por ciento, en África 7,7 por ciento y en Asia y el Pacífico 7,9 por ciento, con números altos para Asia meridional, de 12,7 por ciento a lo largo del año pero con gran impacto en el segundo trimestre, cuando alcanzó 34,5 por ciento.
Para 2021, “pese al elevado grado de incertidumbre”, la OIT estima que en la mayoría de los países se producirá una recuperación relativamente sólida en el segundo semestre del año, una vez que los programas de vacunación comiencen a surtir efecto.
Con distintos escenarios basados en diferentes estimados de recuperación económica para este año, la OIT cree que aún podrían perderse entre 1,3 y 4,6 por ciento de las horas de trabajo cubiertas en 2019, es decir, entre una quinta parte y la mitad de las pérdidas en 2020.
Guy Ryder, director general de la OIT, dijo que “los indicios de recuperación que vemos son alentadores, pero son frágiles y muy inciertos, y cabe recordar que ningún país o grupo puede recuperarse por sus propios medios”.
Entre las recomendaciones de la OIT a los países figuran mantener políticas macroeconómicas flexibles en 2021 y en años sucesivos, con incentivos fiscales y medidas que fomenten los ingresos y la inversión.
Asimismo, adoptar medidas específicas para mejorar la situación de las mujeres, los jóvenes y los trabajadores poco calificados que perciben una baja remuneración.
Se requiere prestar asistencia internacional a países de ingresos bajos o medianos, cuyos recursos financieros son insuficientes para llevar a cabo el proceso de vacunación y promover la recuperación económica y del empleo.
Finalmente, promover el diálogo social para aplicar las estrategias de recuperación necesarias que permitan lograr economías más inclusivas, justas y sostenibles.