Los temas sobre los que discurre no tenían el objeto de ver la luz mientras el charlista viviera.
Hugh Trevor-Roper, autor de “Los Últimos Días de Hitler”, es también en recopilador de otra obra titulada “Las conversaciones privadas de Hitler”, denominastambién como Borman-Vermerke, el registro oficial de las conversaciones de sobremesa que uno de los líderes más atrayentes y trágicos que haya conocido la humanidad,pronunció en el momento culminante de su éxito.
Los temas sobre los que discurre no tenían el objeto de ver la luz mientras el charlista viviera, sino que se producían en mor de legado a las nuevas generaciones, para que entendiesen las motivaciones que tuvo para actuar como actuó y para que protegiesen la Alemania que pretendía dejar.
Además de la recopilación Trevor-Roper aporta un ensayo titulado “La mente de Adolf Hitler”, que ayuda mucho a comprender quién era el personaje en cuestión y los hilos que movían sus actuaciones. En lo que entendía que era su más confiada intimidad el Führer expresaba lo que creía del cristianismo, el bolchevismo, el fascismo, el nacionalsocialismo, las democracias capitalistas, así como de personajes como Pablo de Tarzo, Lutero,Napoleón,Stalin, Mussolini, Churchil, Roosevelt, Wilson, y él mismo que se auto definía como el político práctico y el filosófico político en una misma persona.
Sobre Stalin, que lo acorraló y derrocó, dice que “es una de las figuras más extraordinarias de la historia mundial.Empezó como un pequeño funcionario y no ha dejado de serlo nunca. Stalin no debe nada a la retórica. Gobierna desde un despacho gracias a una burocracia que le obedece al dedillo.”
Entiende que “deberíamos estar agradecidos a los jesuitas. ¡Quién sabe si sin ellos hubiéramos podido abandonar la arquitectura gótica, para adoptar la arquitectura ligera, aérea y clara de la Contrarreforma! Frente a los esfuerzos de Lutero para reconducir al misticismo a un alto clero que había adoptado costumbres profanas, los jesuitas han restituido al mundo la alegría de los sentidos”.
“Es cierto que Lutero no deseaba de ningún modo que la humanidad se plegara a la letra de la Escritura. Hay toda una serie de reflexiones suyas en las que toma claramente posición contra la Biblia. Reconoce que contiene muchas cosas malas… Pero Lutero tuvo el mérito de alzarse contra el papa y la organización de la Iglesia. Fue la primera de las grandes revoluciones. ¡Y gracias a su traducción de la Biblia, Lutero sustituyó nuestros dialectos por la gran lengua alemana!”
“El que es indiferente a la historia, es un hombre sin oído, sin rostro. Claro que ese hombre puede vivir, pero ¿qué tiene su vida?”
“He visto Roma y París, y debo decir que París, exceptuando el Arco del Triunfo, no posee nada que tenga la amplitud del Coliseo del Castillo Sant Angelo o de San Pedro.Estos monumentos, que son el producto de un esfuerzo colectivo, ya no viven a la misma escala que el individuo”.
“Al principio de nuestro movimiento actúe sobre todo por intuición. Durante mi encarcelamiento tuve tiempo de dar una base histórica natural a mi filosofía. Desde su punto de vista, los dirigentes de entonces hicieron un mal cálculo encerrándome. ¡Más les hubiese valido dejarme hablar y perorar sin un momento de reposo!
“San Pablo fue el primer hombre que se dio cuenta de la posibles ventajas de utilizar la religión como medio de propaganda. Si los judíos lograron destruir al imperio romano, es porque San Pablo transformó un movimiento local ario de oposición a la judería en una religión supra temporal…”