El mundo de hoy, independientemente de los múltiples problemas que le aquejan en lo político, económico y social, sigue muy pendiente de la efectividad de las diversas vacunas que se están aplicando en distintos países para combatir el Covid-19.
Pfizer BioNTech, Moderna, Sputnik V y AstraZeneca son hasta ahora las más populares y conocidas, y las que, según los científicos que las crearon, son las más efectivas en más de un 90 por ciento.
A pesar de las efectividades anunciadas y probadas con anterioridad en pacientes voluntarios, previa aprobación de las autoridades competentes de cada país, millones de personas aún siguen desconfiando y prefieren que otros se vacunen primero, a ver qué pasa, y por temor a reacciones impredecibles por su novedad.
En el caso específico de los Estados Unidos, los norteamericanos confían mucho en sus instituciones, y han aceptado como garantía las recomendaciones emitidas que provienen de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en ingles) sobre las vacunas contra el Covid-19.
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Los CDC tienen un sistema de rastreo muy efectivo para comprobar la efectividad de las vacunas que se aplican hoy en día en todos los EE.UU.
Cualquier evento adverso, es decir, un efecto secundario negativo que se produzca en un paciente al cual le ha sido aplicada una de las vacunas aprobadas, médicos y enfermeras están obligados a reportar cada caso a esa entidad con carácter de obligatoriedad para lograr un mejor monitoreo, y asegurar la vida a cada persona que ha de inmunizarse.
El Covid-19 no se elimina por sí solo con el tiempo ni con medicaciones preventivas inadecuadas. Su agresividad mortal depende mucho del sistema inmunológico del ser humano, y de las complicaciones de salud que padece por otras razones.
Millones de personas están infectadas y más de dos millones han muerto en todo el mundo por esta enfermedad, por lo que la vía más fácil de controlar la propagación del virus es vacunándose, y siempre respetando los protocolos para evitar el contagio.
Varias teorías han surgido sobre cómo enfrentar el virus. Una de ellas es la inmunidad colectiva. Muchos piensan que si todos dejamos que el virus nos infecte, lograremos falsamente una inmunidad colectiva, aun conociendo las graves consecuencias del coronavirus.
Si hoy en día existen vacunas efectivas y garantizadas contra el Covid-19, es más seguro conseguir la inmunidad colectiva logrando una vacunación total y dejar a un lado las teorías de conspiración que sectores interesados hanhecho circular contra las nuevas vacunas.
Claro está que luego de una primera y segunda dosis de inmunización no se deben abandonar las medidas o protocolos de prevención como el uso de mascarillas, distanciamiento e higiene constante de las manos para garantizar la rápida eliminación del virus a nivel nacional o global.
Otra inquietud que se generaliza hoy en día es si las vacunas actuales contra el Covid son efectivas contra las mutaciones del virus.
Expertos virólogos norteamericanos y de otras regiones del mundo coinciden en afirmar que sí, que son efectivas debido a que las nuevas vacunas incitan al sistema inmunológico a producir los anticuerpos necesarios para combatirlos.
Aseguran además que las mutaciones que hasta ahora han aparecido del Covid-19, si bien es cierto que son más infecciosas, estos no son más letales como se había divulgado “Fake News”, mutaciones esperadas y que han estado bajo vigilancia permanente por los expertos en virología.
Es decisión de cada quien vacunarse o no contra la pandemia que sigue matando sin preferencia a millares en todo el mundo. Y un acto de responsabilidad que debe tomarse con conciencia, siempre pensando si debe o no poner en peligro su vida, las de sus familiares y las de sus amistades más cercanas.
Si la infección del virus matara al ser humano inmediatamente, quizás fuera una buena opción para los suicidas arrepentidos de estar vivos, pero son las posibles consecuencias de vivir eternamente sufriendo de graves problemas pulmonares o padecer de una larga agonía de muerte por asfixia lo que deberían tomar en cuenta quienes no quieren aceptar la realidad de la nueva pandemia.
Por otro lado, y para aumentar el abanico de diferentes vacunas para combatir el nuevo SARS-CoV-2, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene sus ojos puestos sobre las investigaciones que realizan virólogos sobre la Ivermectina, un fármaco aprobado para combatir parásitos en animales y seres humanos.
Aunque la OMS aún no la ha aprobado para su uso contra el Covid-19, la Ivermectina se considera una vacuna “milagrosa” contra dicho virus en América Latina, el Caribe y otras regiones de Centro América, ya que se adquiere a muy buen precio y sin receta.
Investigadores de Australia afirmaron en 2020 que dicho fármaco podía evitar que el SARS-CoV-2 se replique en cultivos celulares.
Las últimas investigaciones realizadas sobre su efectividad han dado lugar a que la OMS coloque la Ivermectina en la lista de medicamentos esenciales a ser aprobados por esta entidad para combatir dicho coronavirus.