La Educación No Puede Esperar (ECW) entrevista a ANTÓNIO GUTERRES, secretario general de la ONU
NACIONES UNIDAS, 9 feb 2021 (IPS) – La educación tiene un papel fundamental en la vida de la población infantil y juvenil afectada por la crisis de la pandemia de covid-19, asegura en una entrevista exclusiva el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres.
“La pandemia ha supuesto un punto de inflexión para todos. Podemos dejar atrás un annus horribilis para hacer del presente un annus possibilitatis: un año de posibilidades y esperanza. Debemos conseguirlo. Desde la unidad”, aseguró Guterres al programa La Educación No Puede Esperar (ECW, en inglés).
Son 1500 millones de estudiantes que se vieron afectados en el mundo por la covid durante 2020, que agravó las desigualdades y vulnerabilidades, recordó. Por ello en la pospandemia hay que redoblar esfuerzos para “reimaginar la educación”, de manera que se adapte a un mundo en constante y rápida evolución y acortar las brechas agravadas por la covid, afirmó.
Estos son extractos de la entrevista de ECW con Guterres:
ECW: ¿Por qué constituye la educación una prioridad en situaciones de emergencia y crisis prolongadas?
ANTÓNIO GUTERRES: La pandemia de covid-19 ha transformado por completo nuestras sociedades y causado una interrupción de los sistemas educativos sin precedentes, que ha afectado a más de 1500 millones de estudiantes. Se han adoptado modalidades remotas, pero uno de cada tres niños no ha tenido acceso a estas oportunidades, lo que ha puesto de relieve y ha agravado las desigualdades y vulnerabilidades, sobre todo para las personas que se encuentran en situaciones de crisis.
En estas circunstancias, la educación sirve para proteger a las niñas y los niños de la violencia y la explotación sexuales, la trata, los embarazos precoces y los matrimonios infantiles, el reclutamiento forzado por parte de grupos armados y el trabajo infantil. También contribuye a que los niños sigan aprendiendo, lo que les brinda esperanza de cara al futuro.
En estos primeros compases del 2021, debemos cerciorarnos de que la educación representa un elemento central de la respuesta ante la pandemia y la recuperación posterior. Si los líderes internacionales, así como los recursos adicionales de Educación No Puede Esperar y sus asociados del sistema de las Naciones Unidas y la sociedad civil, no muestran un férreo compromiso político, es posible que millones de niñas y niños no vuelvan nunca a la escuela.
Invertir en la educación de estos jóvenes y niños vulnerables nos permite contribuir a la paz, prosperidad y resiliencia de las generaciones venideras, además de constituir una de las prioridades de las Naciones Unidas.
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ECW: ¿Por qué es importante facilitar una mayor colaboración entre los agentes humanitarios y para el desarrollo en situaciones de crisis?
AG: A pesar de la generosidad mostrada por los donantes de asistencia, la intensificación de los conflictos, los desastres relacionados con el cambio climático, los niveles históricos de desplazamientos forzados y la cada vez mayor duración de las crisis impiden que la respuesta adoptada pueda seguir el ritmo del aumento de las necesidades humanitarias.
Las alianzas desempeñan un papel crucial a la hora de transformar el sistema de ayuda, reducir la compartimentación e incrementar la eficiencia y eficacia en función de los costos de la ayuda. Se ha demostrado que los asociados pueden colaborar mediante programas de educación infantil de carácter integral a fin de garantizar que los niños y jóvenes vulnerables tengan acceso a una educación de calidad en entornos de aprendizaje seguros, lo que les permitirá desarrollar su pleno potencial.
ECW: ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a las niñas y los niños en situaciones de crisis que aún no pueden ejercer su derecho a la educación?
AG: Sobre todo, me gustaría reconocer su resiliencia, además de comprometerme a cooperar con los gobiernos, la sociedad civil y todos los asociados disponibles con vistas a superar la pandemia y las crisis que han supuesto grandes reveses en sus vidas.
También debemos ampliar nuestros esfuerzos dirigidos a reimaginar la educación mediante la capacitación de los docentes, la reducción de la brecha digital y la reestructuración de los planes de estudios para que los discentes dispongan de los conocimientos y aptitudes que necesitan para prosperar en un mundo en constante y rápida evolución.
ECW: Cuando cursaba la secundaria en Portugal, lo reconocieron como el mejor estudiante del país al otorgarle el “Prémio Nacional dos Liceus”. Tras estudiar ingeniería en la universidad, comenzó a ejercer de docente. ¿Podría explicarnos qué significa para usted la educación a nivel personal?
AG: Mucho antes de trabajar para las Naciones Unidas o la administración pública, ejercí de docente. Observé que, en los barrios marginales de Lisboa, la educación contribuye a la erradicación de la pobreza y al fomento de la paz.
En la actualidad, la educación constituye un elemento esencial de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Mediante ella, conseguiremos reducir las desigualdades, alcanzar la igualdad de género, proteger nuestro planeta, luchar contra el discurso de odio y promover la ciudadanía mundial. Para cumplir nuestro compromiso de que nadie se quede atrás, es preciso partir de la educación.
ECW: Tras la inestabilidad experimentada en 2020, ¿qué mensaje le gustaría trasmitir al mundo en estos primeros meses de 2021?
AG: Después de un 2020 que nos trajo tragedias y peligros, el 2021 debe ser el año en que cambiemos de velocidad y pongamos el mundo en la senda correcta. La pandemia ha supuesto un punto de inflexión para todos. Podemos dejar atrás un annus horribilis para hacer del presente un annus possibilitatis: un año de posibilidades y esperanza. Debemos conseguirlo. Desde la unidad.