El manual general de la Iglesia en su sección 38 incluyó una nueva política que anima a los santos de los últimos días a protegerse mediante la inmunización que proveen las vacunas.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días incluyó una nueva política en su manual general con relación a las vacunas, en la que anima a sus miembros a protegerse a sí mismos, sus hijos y las comunidades en las que viven a través de la vacunación.
La medida es coherente con el apoyo humanitario sostenido que ha ofrecido la Iglesia por generaciones al patrocinar, administrar y distribuir vacunas que salvan vidas por todo el mundo. El texto íntegro de la política se encuentra en la sección 38 sobre pautas y políticas de la Iglesia.
En la norma se especifica que las personas son responsables de sus propias decisiones en cuanto a la vacunación, señalando que, si los miembros tienen dudas sobre vacunarse, deberían consultar con profesionales competentes de la salud. También enfatiza que los futuros misioneros que no se hayan vacunado, probablemente deberán cumplir asignaciones de servicio en sus propios países.
Se recuerda que el 19 de enero, ocho líderes de mayor edad de la Iglesia de Jesucristo recibieron las vacunas, entre ellos su presidente, Russell M. Nelson de 96 años. Asimismo, sus consejeros, Dallin H. Oaks y Henry B. Eyring fueron inoculados con la primera dosis. Otros miembros del Quórum de los Doce Apóstoles vacunados fueron: élder M. Russell
Ballard, élder Jeffrey R. Holland, élder Dieter F. Uchtdorf, élder Quentin L. Cook y el élder D. Todd Christofferson.
“A medida que se disponga de oportunidades apropiadas, la Iglesia insta a sus miembros, empleados y misioneros a ser buenos ciudadanos del mundo y ayudar a sofocar la pandemia protegiéndose a sí mismos y a los demás mediante la inmunización”, dijo la Primera Presidencia de la Iglesia tras recibir la vacuna el mes pasado.
Texto íntegro de la política
“Las vacunas administradas por médicos profesionales competentes protegen la salud y preservan la vida. Se alienta a los miembros de la Iglesia a protegerse a sí mismos, a sus hijos y a sus comunidades mediante la vacunación.
En última instancia, las personas son responsables de tomar sus propias decisiones sobre la vacunación. Si los miembros tienen inquietudes, deben consultar con médicos profesionales competentes y también buscar la guía del Espíritu Santo.
Los futuros misioneros que no hayan sido vacunados, probablemente se limitarán a asignaciones en su país de origen.”