Amo y respeto la opinión ajena, y lo mismo espero de otros para con la mía.
En este 177 aniversario de la independencia de la República Dominicana, hago votos de amor y apoyo por mi pequeño, hermoso y acosado país.
A la vez, rindo honores de agradecimiento y solidaridad para insignes patriotas que como Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella, fueron artífices de la gesta independentista del 27 de febrero de 1844.
En esta gloriosa fecha para todos los dominicanos- y para los que se sientan y actúen como tales-, rendir honor a ellos y a otros muchos es un deber cimero.
Duarte, con su espíritu, nobleza, generosidad y amplitud de miras, enseñó a otros la doctrina del amor por las libertades, y por un régimen democrático donde se respetaran las ideas de todos, sin que nadie fuera maltratado, perseguido, detenido, juzgado y condenado por disentir de otros, aún fueran gobernantes.
Duarte, primer y máximo Padre de la Patria siempre, ilustró a Sánchez, a Mella, a los Trinitarios y hasta a sus propios adversarios, que este pequeño territorio del Caribe debía ser “independiente, soberano y libre de toda potencia extranjera”. Y comenzó la dura tarea de expulsar a las fuerzas haitianas que por 22 años sojuzgaron a los criollos.
Luego seguimos luchando hasta expulsar a los españoles, las aspiraciones de franceses, otra vez de haitianos y españoles, de alemanes y norteamericanos.
Y aquí estamos hoy de pie los dominicanos, dentro y fuera del país, apoyando las ideas de Duarte en numerosas formas; amando más nuestro territorio, sus playas, su gastronomía, sus bebidas, su merengue, bachata, baladas, y sus formas de ser.
¡Honor en este día y siempre a los aguerridos Padres de la Patria Dominicana!.