Anaisa Pérez, de COOEPROUAD revela la desigualdad entre hombres y mujeres de la primera línea de atención de Covid, en 87 países, solo hay paridad salarial en 3.5% de esas naciones.
Al ritmo que lleva el proceso de igualar el hombre y la mujer en la distribución del poder político en los gobiernos y el poder legislativo, tomaría 130 años a partir de los datos oficiales que ofrecen las Naciones Unidas.
La información fue ofrecida hoy por la licenciada Anaisa Pérez de Gutiérrez, presidenta de Mujercoop y el Comité de Mujeres de la Cooperativa de Empleados de la UASD, durante la ofrenda floral al busto de la poeta y maestra precursora Salome Ureña de Henríquez y a la que concurrieron decenas de mujeres de diversas cooperativas.
“Las mujeres son jefas de Estado o de gobierno sólo en 22 países de un total de 193 Estados reconocidos de la ONU y son mujeres el 24.9% de los parlamentos, por lo que la igualdad de género en esos dos planos a este ritmo tardará 130 anos” dijo Pérez de Gutiérrez.
Anaisa Perez, de COOEPROUAD revela la desigualdad entre hombres y mujeres de la primera línea de atención de Covid, en 87 países, solo hay paridad salarial en 3.5% de esas naciones.
La dirigente femenina cooperativista sostiene que las mujeres del mundo desean y merecen un futuro igualitario, sin estigma, sin estereotipos, sin violencia, consolidando un futuro sostenible, pacifico por lo cual lo cual el mundo necesita más mujeres en las mesas desde las que se toman las decisiones fundamentales, dijo la vocera de las mujeres cooperativistas.
La expositora en la ofrenda resaltó la labor educacionalmente emancipadora de Salome Ureña de Henríquez, quien tuvo claridad en las posibilidades de desarrollo de la mujer, limitado por los estereotipos de su tiempo y vigente aún en gran medida en la actualidad.
Anaisa Pérez agradeció la presencia en la ofrenda floral de delegaciones de las cooperativas Manoguayabo, Coopseguros y el Consejo Nacional de Cooperativas, indicando que no es posible que los reclamos delas mujeres por justicia y no violencia, no sean escuchados por la sociedad y se siga pagando una cuota de injusticia y sangre por medio de los feminicidios.