República Dominicana es la parte mayor de una pequeña isla que vive del turismo, sin embargo, de manera irresponsables sus costas y sus ríos están cada vez más poblados de plásticos.
Una investigación de Consumers International (CI), ha encontrado que uno de los mayores inconvenientes en el uso del plástico, es que el etiquetado de los productos que contienen plásticos no presentan indicaciones del cómo reutilizarlo, del cómo rechazar un único uso de este, situación que ocasiona el que el consumidor se confunda y en lugar de procurar su reutilización, opte por tirarlo a la basura.
Este hallazgo es importante porque permite determinar que, un buen uso del plástico, depende de un etiquetado donde se informe sobre sus finitas o infinitas posibilidades de reutilización. A partir de esta información resulta obvio que el movimiento consumerista queda obligado a realizar campañas con miras a convencer a los gobiernos, a los industriales y a los comerciantes en general, a que informen al consumidor sobre las posibilidades de re-uso del plástico.
Se estima, conservatoriamente, que para 2050, los océanos del mundo contendrán más plásticos que peces y demás especies marinas. Esto constituye una grave amenaza para la alimentación mundial de los seres humanos, porque, de más en más, se observa, que los peces contienen una gran cantidad de plásticos en sus sistemas digestivos. Es decir, que la calidad nutritiva del pescado va en descenso, en la mis proporción en que aumenta el plástico en los océanos.
Con frecuencia se habla de que el plástico no es biodegradable, o del largo tiempo que requiere para desintegrarse, pero poco se hace para concienciar al consumidor sobre el cómo emplear de manera sana dicho producto. De ahí que un gran reto es el convencer a la industria de la necesidad de bien informar al consumidor sobre la forma de manipular dicho elemento.
República Dominicana es la parte mayor de una pequeña isla que vive del turismo, sin embargo, de manera irresponsables sus costas y sus ríos están cada vez más poblados de plásticos sin la acción eficaz del gobierno. Ni siquiera el Ministerio de medioambiente hace nada como no sea reaccionar reactivamente cuando un escándalo estalla en los medios nacionales e internacionales alertando sobre el daño –a veces irreparable ya-, en ciertas áreas.
Una campaña sostenida y sistematizada en las escuelas, universidades, instituciones públicas y privadas, se hace urgente. El gobierno puede iniciar campaña enseñando a reutilizar el plástico, como también puede, por intermedio del INFOTEP, capacitar en el plano de la reparación de productos electrónicos, pues estos también son, en gran medida, producidos con altos componentes plásticos. Es cuestión de voluntad política y de educación sobre las ventajas de implementar estas políticas y las desventajas de no hacerlo.
Muchas campañas dejan de hacerse en Medioambiente, debido a su coste, sin embargo, una campaña de concienciación no es cara cuando se emplea la gobernanza y si se da el apoyo a las organizaciones de consumidores para que sean observadoras y actoras del proceso. Es un tema de integración. De modo que esta es un área donde la denominada alianza pública privada, puede rendir grandes beneficios para la república.
La llamada economía circular está ya patentizada por los países nórdicos, como la ruta a seguir, si deseamos conservar los recursos naturales y el planeta tierra. Las reflexiones que hacemos con ocasión del Día Internacional del Consumidor (15 de marzo), vienen a tono con estas necesidades actuales.
La visión global de los preocupados por el problema del plástico es llegar a que el cien por ciento (100%) del plástico sea reciclado, sin embargo, actualmente, solo el nueve (9%) por ciento se recicla y el doce (12%) por ciento se incinera. Es decir, estamos muy lejos de cumplir la meta. De ahí la importancia de que nos aboquemos al enfoque de este problema, si realmente, deseamos ser una civilización no letal.
De ahí que, el mundo requiere: a) Empresas que sigan las Directrices para proporcionar información sobre la sostenibilidad de los productos en sus comunicaciones sobre envases de plástico; b) Consistencia global cuando se trata de definiciones relacionadas con el contenido y la reutilización de envases o artículos desechables; c) Las definiciones y los requisitos técnicos utilizados en las normas relacionadas con la reciclabilidad, la compostabilidad y la biodegradabilidad deberían reflejar mejor las condiciones del mundo real y estar más atentos a la accesibilidad y la comprensión del consumidor; d) El uso del símbolo de 'flechas persiguiendo' debe limitarse a indicar reciclabilidad; y e) Deben adoptarse etiquetas de reciclaje informativas y verificadas y hacer cumplir su uso adecuado.
Como puede observarse, se trata de medidas que no requieren de grandes recursos sino de campañas educativas bien focalizadas para obtener buenos resultados. De ahí que cuando se habla de alianzas públicos privadas, por lo social, se tiene un filo que, al final, puede rendir mejores resultados económicos que los que plantea la oligarquía y la gran burguesía nacional e internacionales, las que solo buscan continuar teniendo el control de los recursos que nos han conducido al desastre. Lo que es indicativo de que ese no es el camino. Porque, como bien se ha dicho, citando a Einstein, no se pueden tener buenos resultados haciendo las cosas de la misma manera. DLH-7-3-2021