La gran preocupación mostrada recientemente por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es que la República Popular China se convierta en la primera potencia mundial, tanto en lo económico, militar y político.
El mandatario estadounidense aseguró a los medios periodísticos que lo entrevistaban que eso no va a pasar mientras él sea el presidente de los EE.UU.
Aunque el presidente chino Xi Jinping “no tiene un solo hueso democrático”, según Biden, el mandatario norteamericano debió señalar también que Jinping no solo es el líder de la nación más poblada del planeta con más de 1,400 millones de habitantes, sino que es el “tipo” que ha logrado que su país sea reconocido como la potencia comercial más solida del mundo en este siglo XXI.
Biden criticó en ese mismo escenario la estrategia del expresidente Donald Trump por haber confraternizado con el gobierno dictatorial y socialista de Corea del Norte, que encabeza Kim Jong-un, quien constantemente muestra al mundo sus avances en la fabricación de armasde destrucción masiva.
Más que la confrontación, Trump prefirió poner en practica la célebre frase del genio de la estrategia militar china, general Sun Tzu, quien en una de sus mejores obras literarias, titulada “El arte de la guerra”, escribió la frase de “si no puedes con el enemigo, únete a él”.
“El arte de la guerra”, es uno de los libros másantiguos convertido en un clásico universal escrito entre los años 400 y 320 antes de la era cristiana.
Para Biden, el líder chino es “un tipo muy, muy listo”, queriendo afirmar con su expresión que es un hombre muy astuto e inteligente.
Y con sobrada razón, Xi Jinping es nativo del “Imperio Celestial”, como se le conocía a China en el pasado por la fortaleza y poder que ostentaba, poseedora de una de las culturas más ricas del mundo con más de 5,000 años de antigüedad.
Desde la creación de la Republica Popular de China, en 1949, y luego la proclamación de su Revolución Cultural entre 1966 y 1976 por parte de Mao Zedong, los chinos han venido escalando y consolidando su hegemonía oriental,desarrollando pacientemente su potencial económico, tecnológico y militar.
Para los EE.UU, Europa y otras regiones del mundo capitalista, ese desarrollo a lo interno del país asiático no era desconocido, y si no pudieron frenar su avance cuando gozaban de poder político, económico y militar para someter a China a sus intereses, difícilmente lo puedan lograr hoyen día.
Estados Unidos ha enfrentado diversas crisis económicas en toda su historia, siendo la actual una de las que más ha afectado en todos los renglones.
La primera gran crisis grave de los EE.UU. se produjo en 1764, cuando su Producto Interno Bruto (PBI) per cápita se desplomó en un 50% en la época de las 13 colonias británicas secesionistas.
En 1837 otra depresión económica azotó la nación la cual duró cinco años. Luego en 1907 se repitió cuando el PBI se redujo de nuevo en 12,5%.
Un auge especulativo en el mercado bursátil en la década de 1920 hizo que decenas de miles de personas quedaran en ruinas tras el cierre de bancos y empresas al desplomarse la Bolsa de Valores de Nueva York.
Fue después de la Segunda Guerra Mundial que EE.UU. comenzó un vertiginoso desarrollo de la industria y en lo militar que colocó al país en la primera potencia económica del mundo.
En 2007 una gran recesión tambalea la economía norteamericana tras el colapso del sistema inmobiliario y bancario. Millones de norteamericanos perdieron sus propiedades, el desempleo subió en más de un 10%.
Imposible de ocultar es que, con la llegada de Trump a la Casa Blanca, en enero de 2017 y tras implementar su política de “Make America GreatAgain”, los indicadores económicos subieron positivamente haciendo crecer la economía en un 2,1% anual por encima de lo esperado según reportó el Departamento de Comercio.
Para nadie es un secreto que hoy en día los EE.UU. y sus principales aliados europeos están en crisis sanitaria muy grave, que requiere por necesidad nacional volcar todos los recursos económicos y concentración política para enfrentar sin armas de destrucción masiva a la pandemia del Covid-19 quien es el verdadero enemigo número uno a nivel mundial ya que ha matado a más de 2.7 millones de serse humanos.
EE.UU. encabeza los países en el mundo con más muertes por coronavirus, con 561,032,seguido de Brasil y países de Europa.
Será muy difícil para Biden y los gobiernos aliados concentrarse en detener el sólido crecimiento económico de China y evitar que se convierta en la primera potencia mundial, aun padeciendo los mismos efectos de la pandemia, ya que están concentrados en eliminar el coronavirus que ha hecho colapsar los sistemas económicos de sus regiones.
Para recuperar la resquebrajada economía nacional, Biden debería enfocarse en lograr desarrollar con éxito la agenda primaria de su administración, como es el masivo contagio de la pandemia, la deteriorada economía, la inmigración ilegal, la calidad de la infraestructura, el incremento de los crímenes de odio, el desempleo causado por el descalabro de los centros comerciales y empresas afectadas por el Covid-19, para luego intentar competir con el gigante asiático que al parecer ha resuelto esos problemas.