Escribo esto porque recientemente leí un trabajo de un veterano, valiente, solidario y consagrado izquierdista, quien elogia el comportamiento cívico de México y sus posturas independientes y nacionalistas ante quienes sea.
Los seres humanos nacemos en un lugar sin saber si en él o en otro punto de la tierra nos enamoraremos, criaremos, trabajaremos y moriremos.
Como cualquier dominicano, amo mi país por encima de cualquier otro, incluyendo a algunos que conocí y me enamoré de ellos y de su gente: México, Cuba, Venezuela, Colombia, Panamá, España, Italia y Francia, por decir algunos.
México ha sido desde su independencia un país muy nacionalista, muy valiente, muy futbolista, muy cariñoso, respetuoso y solidario con los restantes países.
México ha tenido que sobrevivir con un vecino terrible de manera ‘cordial’ y valiente, sin claudicar en sus principios soberanos. Y ahí está de pie, con honra.
Más México puede identificarse como un país nacionalista y no es ‘malo’ para algunos izquierdistas del mundo, aunque si otro país o la República Dominicana lo hacen, de inmediato son vituperados, acusados de esto y lo otro.
Escribo esto porque recientemente leí un trabajo de un veterano, valiente, solidario y consagrado izquierdista, quien elogia el comportamiento cívico de México y sus posturas independientes y nacionalistas ante quienes sea.
Sin embargo, cuando los dominicanos tomamos alguna medida o disposición en resguardo de nuestra soberanía-ninguna es completa, total ni única-, se nos ataca de mil formas y se nos acusa de racistas, xenófobos y mil diabluras más.
Racismo verdadero y permanente existe en Estados Unidos; xenofobia de verdad existe en ese mismo país; odio hacia el negro, el mestizo, el inmigrante o el indocumentado existe en Norteamérica. No aquí, no en Dominicana donde un 90 por ciento de su población ya es de color negro, ‘indio’ o ‘blanco jipato’.
Claro, pero por qué tanta gente del mundo anhela llegar a suelo de Norteamérica (EE.UU.), arriesgando inclusive sus vidas? Pues porque es un país en desarrollo permanente, con respeto a las libertades, y donde hay mayores posibilidades de progreso que en los restantes del planeta.
En Estados Unidos, hasta en filmes muestran las brutalidades policiales, la corrupción de sus autoridades; la masificación de la venta y consumo de estupefacientes, y las mil otras formas de su desenvolvimiento diario.
Nada de esto se ve en países regidos por un socialismo o aparente socialismo.
El presidente Trump hizo todo lo que le dio la gana en sus cuatro años, se burló de la prensa, de la gente, de los negros, de los inmigrantes, de los mexicanos, centroamericanos, haitianos y dominicanos. Excluyó a EE.UU. de varios órganos internacionales y sin embargo fue sacado del poder por Joe Biden y los demócratas, porque allá existen procesos que casi todos respetan.
QUE HACER EN SEMANA SANTA
Para esta Semana Santa no recomiendo nada, porque todo el mundo sabe lo que hará de antemano. Yo me quedo en casita, otros irán a sus pueblos (si tienen con qué), y los ricos al extranjero o a sus “villas” en diferentes puntos del país más hermoso del planeta: República Dominicana.
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