El transito de niños, niñas y adolescentes que cruzan la selva de Panamá hacia Estados Unidos en los últimos cuatro años se ha disparado de 109 a 1.653 en 2020, con un pico de 3.956 en 2019.
CIUDAD DE PANAMÁ, – La cantidad de niños, niñas y adolescentes que emigran hacia el norte a través de la peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá, se ha multiplicado por más de 15 en los últimos cuatro años, según informó hoy UNICEF tras una visita de terreno de dos días a la frontera del Darién realizada por Jean Gough, Directora Regional para América Latina y el Caribe.
Desde 2017, el número de niños, niñas y adolescentes que cruzan el Tapón del Darién se ha disparado de 109 a 1.653 en 2020, con un pico de 3.956 en 2019. Esto supone 15 veces más niños, niñas y adolescentes migrando por la selva de Panamá en los últimos cuatro años.
Además, la proporción de niños, niñas y adolescentes entre la población migrante a través de esta selva ha aumentado drásticamente en los últimos años. Los niños, niñas y adolescentes representaban sólo el 2 por ciento de todos estos migrantes en 2017; pero más del 25 por ciento en 2020.
“He visto a mujeres salir de la selva con sus bebés en brazos después de caminar durante más de siete días sin agua, comida o cualquier tipo de protección”, afirmó Jean Gough. “Estas familias están sobrepasando sus propios límites y poniendo sus vidas en peligro, a menudo sin darse cuenta del riesgo que corren. Aquellos que consiguen finalmente cruzar esta peligrosa frontera están física y mentalmente devastados. Sus necesidades humanitarias son inmediatas e inmensas. Al mismo tiempo, no debemos olvidar la dura situación de las comunidades a las que llegan, que se encuentran abrumadas y muchas veces no cuentan con los servicios básicos. Por ejemplo, visité una comunidad de 400 personas llamada Bajo Chiquito, que actualmente alberga a unos 1.400 migrantes".
En los últimos 4 años, más de 46.500 migrantes han cruzado la selva del Darién, de los cuales 6.240 son niños, niñas y adolescentes. Con las restricciones a la movilidad y el cierre de las fronteras para frenar la propagación del COVID-19, este flujo migratorio irregular se frenó, pero no se detuvo del todo.
La selva del Darién, entre Colombia y Panamá, es una de las rutas más peligrosas del mundo debido al terreno montañoso, la fauna y los insectos, así como la presencia de organizaciones criminales. Los migrantes que quedan atrapados en ella están expuestos a múltiples amenazas, incluida la muerte. En este contexto, las mujeres, especialmente las embarazadas, al igual que los niños, niñas y adolescentes, son los más vulnerables. A finales del año pasado, se registraron los primeros casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes.
Aquellos que emigran a través del Tapón del Darién no son sólo hombres solteros en busca de trabajo, sino familias enteras que huyen de la violencia y la pobreza de más de 50 países de todo el mundo, con el sueño de encontrar mejores oportunidades en el norte.
Las repercusiones socioeconómicas con la pandemia del COVID-19, unidas a la violencia, el desempleo, el racismo, la xenofobia y los fenómenos climáticos extremos, probablemente aumentarán la pobreza y empujarán a más familias a emigrar al norte en los próximos meses.
Con el apoyo de donantes, principalmente de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (BPRM) de los Estados Unidos, UNICEF proporciona ayuda vital a los niños, niñas, adolescentes y las familias migrantes en la frontera, especialmente con nutrición, apoyo psicosocial, servicios de agua, higiene y saneamiento y protección de la infancia, en coordinación con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (SENAFRONT).
Desde octubre de 2019 hasta febrero de 2021, 15.649 personas, entre ellas 3.367 niños, niñas y adolescentes migrantes, refugiados y miembros de las comunidades de acogida, han recibido asistencia humanitaria de UNICEF y sus socios, incluyendo la Federación Internacional de la Cruz Roja, la Cruz Roja Panameña y RET Américas.
UNICEF está ampliando sus programas de ayuda sobre el terreno para responder a las crecientes necesidades de los niños, niñas, adolescentes y las familias en tránsito por Panamá. Se espera que la cantidad de niños, niñas, adolescentes y las familias migrantes en el Tapón del Darién siga aumentando durante la estación seca en las próximas semanas y meses.
“La migración de mujeres, niños, niñas y adolescentes a través del Tapón del Darién no es un fenómeno nuevo; sin embargo, esta ruta hacia Estados Unidos sigue siendo tan desconocida como peligrosa y este flujo migratorio tiende a aumentar”, dijo Jean Gough. “A menos que la comunidad internacional proporcione más apoyo humanitario para abordar las causas estructurales de la migración, es probable que cada vez más familias con niños, niñas y adolescentes no tengan otra opción que aventurarse en este peligroso viaje a través del Tapón del Darién en busca de una vida mejor.”
UNICEF también hace un llamado a los gobiernos para que aborden las causas estructurales que llevan a las familias a emigrar, así como para que promuevan su integración en las comunidades de acogida. Los derechos de los niños, niñas y adolescentes que se desplazan deben ser protegidos en todo momento durante todas las fases de su viaje migratorio.
Fuente: Unicef.org