Las dos intervenciones que Noam Chomsky ha tenido sobre el debate de las tres causales para la legalización del aborto en la República Dominicana, dejan claro que comparte la determinación de la mujer en lo que ataña a su cuerpo. Me refiero a su carta al obispo Francisco Ozoria y la breve disertación que luego produjo a distancia.
Sin embargo, una lectura sosegada de sus mensajes, lejos de motivar a los líderes políticos como Luis Abinader, Danilo Medina y Leonel Fernández, a tratar de imponer una línea a sus legisladores, los mueve a reafirmar la postura de dejar el tema por la libre.
En la charla no habló sobre la RD sino sobre lo que ha ocurrido en los Estados Unidos, donde el partido que define como el más poderoso del mundo, el Republicano, ha cerrado filas contra cualquier apoyo al desembarazo voluntario, no por una postura de principio, sino de acomodamiento al electorado.
Por más barniz que adopten los partidos no son otra cosa que maquinarias electorales, y cualquier acción que les aleje bases de apoyo, tienen que ponderarlas en función de factores políticos.
¿Cómo los republicanos devinieron en antiabortistas, según Chomsky?
“Esto se remonta a 1984 cuando, durante una conferencia sobre población de las Naciones Unidas en Ciudad de México, Ronald Reagan presentó la Política de Ciudad de México que prohibía la ayuda estadounidense a los grupos que ofrecen servicios o consejería sobre aborto, incluso si esos servicios no estuvieran financiados con dólares de impuestos estadounidenses. Si ofrecían abortos y consejería sobre el aborto, entonces Estados Unidos no podía apoyarlos.
“Desde ese entonces, las administraciones republicanas han aplicado esta política de manera consistente, mientras que las administraciones demócratas la han revocado.
“Hay diferencias partidistas, pero ¿por qué es tan marcada la diferencia en este tema? ¿Por qué la oposición al aborto es un programa definitorio del partido republicano, un estandarte hasta el punto de que nadie dentro de ese partido podía cuestionarlo? Esa es una historia interesante.
Vamos unos años antes, en la década de 1960, cuando Ronald Reagan era gobernador de California. Desde ese puesto inició una de las políticas a favor del aborto más sólidas en el país. George H. W. Bush, su vicepresidente, también estaba a favor del aborto. Lo mismo puede decirse de las principales figuras del partido republicano que habían apoyado el derecho de las mujeres a decidir.
“¿Qué sucedió en las décadas de 1970 y 1980? En la década de 1970, Paul Weyrich, un destacado estratega del partido republicano, se dio cuenta de que si el partido republicano pretendía (y enfatizo la palabra "pretendía") ser antiaborto, podrían obtener el enorme voto evangélico así como el voto católico del norte del país.
“Todos los líderes del partido republicano cambiaron de dirección. Todos fingieron estar en contra del aborto. Desde entonces, la feroz oposición al aborto ha sido un principio fundamental del partido republicano”.
Por las mismas razones, Chomsky también expresa pesimismo, sobre el avance en Estados Unidos de la concienciación sobre las tres causas de destrucción de la humanidad que se ha consagrado a denunciar: el armamentismo nuclear, calentamiento global y socavamiento de la democracia.
Sostiene que “para el 40 por ciento de los ciudadanos estadounidenses, el trascendental problema de la supervivencia de la especie de no es demasiado relevante, ya que Cristo va a regresar entre nosotros en un par de décadas, de manera que todo quedará resuelto”.
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