“Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales.”
Victor Hugo
Ahora, en este 22 de abril de 2021, en el aniversario 51 de esta iniciativa mundial ambiental, en medio de una crisis sanitaria que ha disparado las alarmas sobre la degradación ambiental del planeta y ha unido a todos los expertos en torno a la necesidad de preservar la biodiversidad como mejor antídoto frente a este tipo de emergencias, la pandemia de coronavirus nos ha demostrado sin lugar a dudas que la salud de la especie humana está íntimamente relacionada con la salud del planeta, en el día mundial del tierra, se centra en el papel de la diversidad biológica como indicador de la salud del planeta y nos recuerda la necesidad de avanzar hacia una economía más sostenible que funcione en armonía con la naturaleza y la Tierra.
Se están desmoronando los cimientos del mundo capitalista en el que se había asentado prácticamente toda la civilización occidental. Pero esto también afecta a todos los sectores, incluidos el sanitario y el político, con el alejamiento de lo que es la vida en sí, de nuestra misión y camino en la Tierra, en un contexto marcado por la crisis sanitaria global debido a la pandemia del COVID-19, el impacto del coronavirus acapara ahora nuestra atención, pero no debemos olvidar que la crisis ambiental es también una emergencia en ciernes, la biodiversidad está en pronunciado declive y los efectos del cambio climático no cesan.
Se estima que alrededor de un millón de especies animales y vegetales se encuentran actualmente en peligro de extinción, el maltrato de los humanos a la Tierra, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, la producción agrícola y ganadera intensiva, son factores que pueden aumentar la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos.
De acuerdo con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente),
cada cuatro meses surge una nueva enfermedad infecciosa en los humanos, y de ellas, el 75% proviene de los animales, de ahí la relación tan estrecha entre salud humana, animal y ambiental.
La Madre Tierra claramente nos pide que actuemos. Los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos, el calor extremo, los incendios forestales y las inundaciones, así como una temporada de huracanes en el Atlántico que ha batido récords, han afectado a millones de personas, ahora nos enfrentamos al COVID -19, una pandemia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (enfermedades zoonóticas)
Los ecosistemas sustentan todas las formas de vida de la Tierra. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar nuestros ecosistemas dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva.
Cada vez vemos menos áreas verdes en pro del urbanismo, nos arrebata reservas naturales, nos reduce el futuro abastecimiento de agua, nos recrudece los efectos de los gases invernadero y sus consecuencias en el calentamiento global.
El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, que se lanzará oficialmente el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), nos ayudará a prevenir, detener e invertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y en todos los océanos. Pero sólo lo conseguiremos si todo el mundo pone de su parte.
Recordemos hoy más que nunca en este Día Internacional de la Madre Tierra que necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta, promovamos la armonía con la naturaleza y la Tierra.
El brote de coronavirus representa un riesgo enorme para la salud pública y la economía mundial, pero también para la diversidad biológica. Sin embargo, la biodiversidad puede ser parte de la solución, ya que una diversidad de especies dificulta la propagación rápida de los patógenos.
Igualmente, cada vez es más evidente su impacto en la salud humana, los cambios en la biodiversidad afectan al funcionamiento de los ecosistemas y pueden ocasionar alteraciones importantes de los bienes y servicios que estos proporcionan., los vínculos específicos entre la salud y la biodiversidad incluyen posibles impactos en la nutrición, la investigación sanitaria y la medicina tradicional, la generación de nuevas enfermedades infecciosas y cambios significativos en la distribución de plantas, patógenos, animales e incluso asentamientos humanos, algo que puede ser alentado debido al cambio climático.
A pesar de los esfuerzos actuales, la biodiversidad se está deteriorando en todo el mundo a un ritmo sin precedentes en la historia humana. Se estima que alrededor de un millón de especies animales y vegetales se encuentran actualmente en peligro de extinción.
Con este panorama general y el escenario del coronavirus, nuestra prioridad inmediata es evitar la propagación de COVID-19, pero a largo plazo, es importante abordar la pérdida de hábitat y biodiversidad, es momento de tomar conciencia de todo lo que podemos hacer para evitar el calentamiento global que tanto daño hace a la naturaleza, porque si no reaccionamos a tiempo, las consecuencias pueden ser devastadoras, la Madre Tierra solo hay una y esta pandemia tiene que servir para cambiar de modelo hacia uno más sostenible.
Recordemos la ley de unidad nos dice que no existe separación entre personas, animales, objetos, planetas o galaxias. Todos formamos parte de una misma y única unidad o familia, todos somos uno, en definitiva, una gran familia. Todos formamos parte de una misma unidad, la humanidad, y la humanidad no es más que un conjunto de almas encarnadas en distintos cuerpos que buscan crecer, adaptarse, evolucionar y, por supuesto, ser felices.
Por ahora nos queda pensar en las condiciones en las que dejaremos el planeta a las futuras generaciones. Por lo que estamos en esta lucha juntos con nuestra Madre Tierra, cuidemos a nuestro planeta, y logremos que los demás también lo cuiden
“Tú debes ser el cambio que desea ver el mundo.” Mahatma Gandhi
Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México.