Creemos que se debe reubicar a Duquesa hacia el Oeste en algún terreno del CEA comprendido entre Villa Altagracia y Bonao.
Por Ing. Vinicio Lembert Fermín
El gran Santo Domingo y el Distrito Nacional ameritan ya de una serie de decisiones que disminuyan la alta contaminación existente, la que a su vez es causa de numerosos problemas sanitarios, educativos y de tránsito vehicular.
Creemos que aunque se han hecho estudios sobre la grave, asfixiante y permanente contaminación existente, no acaban de tomarse las decisiones efectivas que demanda la ciudadanía.
Creo que todos sabemos que la fuente principal de contaminación en la capital y zonas aledañas lo constituye el mal manejo de los desperdicios sólidos, comenzando por la errada ubicación de los vertederos a cielo abierto.
En la famosa “Era” de los 31 años teníamos al norte de la capital la fábrica de cemento Colón, la Manicera (SID) y varias empresas cartoneras, las cuales contaminaban la parte Sur de la ciudad de Santo Domingo con el viento terral.
Además, en el barrio de Mejoramiento Social, construido por la tiranía, existía una incineradora de basura (donde se quemaba ésta) y cuyo humo saliente de la gran chimenea inundaba toda la ciudad. Claro, nadie podía quejarse.
Ya para el año 1963, el presidente Juan Bosch creó –o permitió- la construcción de Metaldom, entre las avenidas Independencia y G. Washington, a la altura del kilómetro cuatro y medio.
Los hornos de esta empresa se convertirían en la mayor fuente de contaminación de la ciudad, aunque por estar a la orilla del mar el viento terral la favorece.
En ese entonces en la cercanía de Metaldom, al oeste, había pocas viviendas, barrios y urbanizaciones. Con el tiempo, hubo muchas protestas, hasta que la compañía construyó un sistema para llevar al mar sus desperdicios contaminantes por medios de filtros especiales.
El ‘viento terral’ consiste en que durante las horas de sol de cada día, (entre diez de la mañana y cuatro de la tarde), el sol calienta mucho la tierra y el aire caliente en contacto con ella se pone muy liviano y asciende a la atmósfera.
En cambio, el aire sobre el mar es relativamente más frío, por lo cual se establece una circulación de aire frío del mar a la tierra, para ocupar el vacío del aire que subió sobre la tierra.
Esta corriente de aire de mar a tierra no es muy fuerte, por lo que la contaminación de Metaldom no pasaba de la ave. 27 de Febrero, y con sus chimeneas con filtros especiales disminuyeron el problema.
Ahora bien, la ubicación incorrecta y el mal manejo de los desperdicios llegados al vertedero de Duquesa (a cielo abierto), cuando de noche la tierra se enfría muy rápido mientras el mar mantiene sus aguas muy calientes, provocan que el aire sobre el mar ascienda y el vacío lo llene el aire frío con el viento terral norte-sur que se establece, llenando Duquesa de humo toda la ciudad.
Este humo de Duquesa no solo afecta la respiración de los asmáticos y vecinos del vertedero, sino a todos los demás ciudadanos del gran Santo Domingo, sin olvidarnos del que azota a la parte sur uno ubicado en Haina.
¿Qué deben hacer entonces las autoridades oficiales y edilicias al respecto?
Pues tomar medidas drásticas y sin contemplaciones.
Creemos que se debe reubicar a Duquesa hacia el Oeste en algún terreno del CEA comprendido entre Villa Altagracia y Bonao, pues como meteorólogo debo informar que en ninguna de las islas del Caribe hay vientos del Oeste, prevaleciendo los alisios del Este a Oeste.
Solo se producen vientos del oeste después que pasa un huracán y se coloca al oeste de nuestras islas, pero solo será por pocas horas porque este fenómeno se aleja en poco tiempo.
Por tanto, si Duquesa se ubica en un lugar así, el humo nunca llegaría al gran Santo Domingo.
COSAS POR HACER
Finalmente, queremos apuntar que para reducir la contaminación es necesario eliminar los vehículos con escapes de CO2, mejorar la organización del tránsito (en eso están las autoridades del Cabildo del D.N. y otros); tercero variar los horarios de entrada y salida a escuelas, colegios, oficinas públicas y privadas para que no coincidan en las mismas calles y avenidas de la ciudad.
Se hace necesario ya dividir los horarios de las escuelas y colegios de 7 a 8 de la mañana la entrada; las oficinas públicas abrir a las nueve; las empresas privadas y negocios a las diez; los bancos a las once.
Además, que los vehículos privados y públicos laboren un día sí y otro no, exceptuando los taxis bien identificados; que los Cabildos no hagan labores de mantenimiento en horas diurnas sino nocturnas; suspender la importación de vehículos por un periodo de cinco a diez años, lo que proporcionaría más trabajos a negocios que venden piezas, a mecánicos, pintores, desabolladores, como ocurrió en Argentina en los años cincuenta y sesenta.
Las escuelas y cabildos deben instruir a los estudiantes sobre las reglas urbanas en el tránsito y sobre la contaminación, a fin de que junto a sus padres ellos sepan seleccionar y colocar la basura en diferentes fundas de diversos colores, como ocurre desde hace tiempo en Costa Rica.
El estrés causado por los ‘tapones’, la alta contaminación provocada por tantos vehículos ‘chatarras’, los ruidos de bocinas anunciadoras y el contenido de las emisoras de radio y televisión abierta, tienen a mucha gente al borde de la locura.
¡Hay que hacer algo, y pronto, para combatir esta infernal situación!
1ro de mayo de 2021.