Más de la mitad de la comunidad china de Torreón fue exterminada a pedradas, palos, machetazos y tiros y sus negocios saqueados bajo el argumento jamás probado de que habían apoyado a las tropas de Porfirio Díaz, pero en realidad fue un acto de xenofobia, según se admitió hoy.
México, 17 may (Prensa Latina) México hizo justicia hoy a los 303 chinos masacrados el 15 de mayo de 1911 en los convulsos años de la Revolución de 1910 contra la dictadura de Porfirio Díaz (1876-1911).
El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la petición de perdón del Estado de México por una atroz masacre, hija de la discriminación y la anarquía, en la localidad de Torreón, la cual, a pesar de su brutalidad, es casi desconocida.
En la ceremonia, realizada en el bosque Venustiano Carranza, el mandatario estuvo acompañado del embajador de la República Popular China en México, Zhu Qing Qiao, quien pronunció palabras de agradecimiento y aceptó el perdón.
Sergio Ley López, exembajador de México en China y, a su vez, descendiente de chinos, ofreció el perdón a sus antecesores a nombre del Estado mexicano.
Por su parte, el embajador Zhu recordó que hace cuatro siglos sus antepasados llegaron a México y se incorporaron inmediatamente a la sociedad en trabajos como las minas y la construcción del ferrocarril.
El perdón de hoy consuela la pérdida de vidas y, al mismo tiempo, sirve para aprender del pasado, dijo el diplomático. El México de hoy es hogar de convivencia, pero pidió estar atentos al resurgimiento de la xenofobia y la discriminación, y fortalecer la amistad entre los dos pueblos.
En su discurso de cierre, el mandatario narró parte de la historia de la presencia china en Torreón y todo lo que habían avanzado hasta aquel momento de la terrible tragedia, de la cual también recordó algunos pasajes. Reiteró que las tropas del insurgente Pancho Villa no participaron en la matanza.
La historia de la masacre se ha difundido poco, pero existe una infografía, en la cual quedan como testigo mudo fotos de carretas con cadáveres apilonados.
Más de la mitad de la comunidad china de Torreón fue exterminada a pedradas, palos, machetazos y tiros y sus negocios saqueados bajo el argumento jamás probado de que habían apoyado a las tropas de Porfirio Díaz, pero en realidad fue un acto de xenofobia, según se admitió hoy.
Torreón fue una de las pocas ciudades que para ese entonces quedaba en manos del porfiriato en la denominada Comarca Lagunera. La madrugada del 15 de mayo de 1911 llegaron dos mil soldados de las fuerzas leales a Francisco I. Madero, y derrotaron a los porfiristas. Decenas de vecinos aprovecharon la circunstancia para saquear los comercios de la comunidad china, mientras restos de porfiristas los acribillaban a balazos.
El historiador Marco Antonio Pérez Jiménez documentó que la turba asesinó con saña a los chinos revelando un odio mucho más allá de una cuestión de guerra, sino parte de la xenofobia y racismo que se vivía contra ellos en Estados Unidos y extendida desde allí a Latinoamérica.
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