“La mayor parte de estos fondos de ayuda se destinan a las grandes corporaciones, pero las personas que probablemente hayan sido las más afectadas por la pandemia en el Sur global, como las empresas más pequeñas, comunidades marginadas, mujeres y personas en situación de pobreza, han quedado fuera”: Matti Kohonen.
Por Ed Holt
BRATISLAVA, 20 may 2021 (IPS) – La pobreza y la desigualdad de ingresos se están profundizando a medida que los fondos de ayuda por la covid-19 se entregan a grandes corporaciones en lugar de programas de protección social en los países en desarrollo, afirman grupos involucrados en un nuevo estudio de los rescates de la pandemia.
Un informe del grupo de la sociedad civil de la Coalición por la Transparencia Financiera (FTC, en inglés) mostró que la gran mayoría de los fondos de recuperación por covid en nueve países en desarrollo se han destinado a las grandes corporaciones en lugar de al bienestar, las pequeñas empresas o las que trabajan en la economía informal.
“La forma en que se implementó el alivio de la covid-19 ha empeorado la marginación, la pobreza y la desigualdad, incluidos los ingresos, el género y otras desigualdades, en algunos países”, dijo a IPS el director de la FTC, Matti Kohonen.
“La mayor parte de estos fondos de ayuda se destinan a las grandes corporaciones, pero las personas que probablemente hayan sido las más afectadas por la pandemia en el Sur global, como las empresas más pequeñas, comunidades marginadas, mujeres y personas en situación de pobreza, han quedado fuera”, señaló.
En lo que el grupo dice que es el primer análisis importante de los fondos de rescate desembolsados en los países en desarrollo durante la pandemia, los miembros de la FTC analizaron su uso en Bangladesh, El Salvador, Guatemala, Honduras, India, Kenia, Nepal, Sierra Leona y Sudáfrica.
Se halló que en ocho países, un promedio de 63 por ciento de la ayuda estatal relacionada con la pandemia se destinó a las grandes empresas, mientras que solo una cuarta parte se gastó en planes de protección social.
Solo dos por ciento se destinó a los trabajadores del sector informal, a pesar de que el sector informal a menudo constituye una gran parte de las economías generales en muchas naciones pobres.
Mientras tanto, gran parte de lo que se asignó a las pequeñas y medianas empresas, las pymes, nunca llegó a ellas y se desvió a otros lugares, afirma.
India se analizó por separado debido a un cambio en la definición del gobierno de pequeña empresa durante la pandemia.
Sin embargo, la FTC cree que es probable que el estímulo corporativo total sea aún mayor debido a los déficits de ingresos esperados por los recortes de impuestos, especialmente en Bangladesh e India, o el costo de los programas de amnistía fiscal, como en Bangladesh y Honduras.
Los grupos de la sociedad civil que operan en algunos de los países del informe de la FTC dicen que los hallazgos no fueron del todo inesperados, pero subrayaron hasta qué punto los gobiernos aparentemente habían descuidado a los grupos pobres y marginados durante la pandemia.
Sobre el hallazgo de que en Kenia 92 por ciento de los fondos de rescate se habían destinado a grandes corporaciones, Chenai Mukumba, del grupo activista Red de Justicia Fiscal de África (TJNA, en inglés), dijo a IPS: “No fue sorprendente porque el sector privado tiene mucho poder de presión para influir en las políticas”.
“Pero nos sorprendió que tan poco llegara a las personas que lo necesitaban: los vulnerables y marginados y especialmente los del sector informal”, añadió.
En muchos países pobres, el sector económico informal forma una gran parte de la economía en general, y millones de personas a menudo dependen únicamente del trabajo informal para ganarse la vida. En Bangladesh, por ejemplo, los trabajadores informales constituyen 85 por ciento de la fuerza laboral del país. La cifra es similar en Kenia.
Las restricciones de movimientos para enfrentar a la covid, incluidos los confinamientos y las prohibiciones de movilizarse, han tenido un impacto masivo en ese trabajo, ya que las personas ya no han podido trasladarse para ir a trabajar o vender productos en los mercados o fuera de sus vecindarios. Esto ha tenido un efecto drástico en algunas familias.
“Entre las poblaciones vulnerables, la calidad de vida de las personas ha disminuido en forma real debido a las restricciones de circulación”, señaló Mukumba.
Detalló que “la narrativa que escuchamos de las personas en el terreno que trabajan con estas comunidades es que se acepta que los gobiernos deben introducir restricciones para detener la propagación de la covid-19, pero que esas restricciones deben ir acompañadas de medidas de ayuda, y esas medidas de ayuda no se han proporcionado”.
El estudio de la FTC se enfocó en dónde se destinaron los fondos de rescate por covid, pero no entró en detalles sobre las razones exactas por las que se desembolsaron de la forma en que se hicieron, ni examinó los desembolsos individuales a corporaciones u otras entidades.
Pero Kohonen y Mukumba dijeron a IPS que hubo varias razones por las que los recursos no se destinaron a los servicios de protección social, incluido el lobby del sector privado y la inadecuada capacidad del gobierno para identificar a las poblaciones vulnerables.
El informe también plantea una advertencia sobre la falta de transparencia en torno al desembolso de los fondos de recuperación.
Cita cómo en Kenia, por ejemplo, el Banco Mundial proporcionó 50 millones de dólares en fondos inmediatos para apoyar la respuesta de emergencia del país, fondos que ahora no están contabilizados.
Cualesquiera que sean las razones detrás de la asignación de fondos, el hecho de que se haya destinado tan poco a la protección social sigue siendo un problema grave que debe corregirse, sostuvo Kohonen.
“Se debería haber destinado mucha más financiación a la protección social. Demasiada se destinó a las grandes corporaciones que no necesitan una proporción tan grande de ayuda financiera”, explicó.
E incluso en algunos estados donde una parte aparentemente grande en comparación de los fondos de ayuda se gastó en protección social, los miembros más vulnerables de la sociedad aún salieron perdiendo.
Ricardo Barrientos, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, dijo a IPS que en Guatemala poco más de la mitad de los fondos de ayuda por covid se destinó a medidas de protección social.
“La respuesta del gobierno, aunque asignada principalmente para la protección social, fue demasiado poco y demasiado tardía, y críticamente insuficiente para tener un impacto significativo para la mayoría de los guatemaltecos”, detalló.
Explicó que los fondos ascendían a 3,07 por ciento del producto interno bruto (PIB) en los países encuestados, salvo en los casos de Honduras y Sierra Leona, dónde el porcentaje era menor.
En el caso de Guatemala, la mayor parte de este dinero se asignó a un programa de transferencia de efectivo de emergencia, pero ella se concentró en ciudades y áreas urbanas, y no logró llegar a las personas que más lo necesitaban, especialmente a los indígenas mayas que viven en la pobreza y en condiciones espantosas en las zonas rurales.
“Si bien más de 70 por ciento de los hogares sobrevive en el sector informal, lo que representa aproximadamente 24 por ciento del PIB, los fondos de ayuda eran ridículamente pequeños para esta parte importante de la población económicamente activa de Guatemala”, indicó Barrientos.
Alertó que “muchos guatemaltecos se encontraron en la dramática situación de tener que (decidir si) salir y tratar de vender algo o morir de hambre. El dicho era: ‘Prefiero morir de covid, que de hambre’”.
Actualmente, la FTC está preparando informes sobre el uso de los rescates de la covid en otros países, incluidas más naciones en desarrollo, así como estados desarrollados en Europa y otros lugares.
Sin embargo, es probable, dicen los miembros de la FTC, que al menos en los estados en desarrollo una proporción igualmente grande de los fondos se haya destinado a grandes corporaciones.
“En Sierra Leona, vimos que la mayoría de los fondos de ayuda iban a las empresas y esperamos que ocurra algo similar en otros países de África que todavía estamos viendo”, dijo Mukumba.
La FTC ha pasado su informe a los gobiernos y a los principales donantes de rescate de covid, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Aún no ha recibido ninguna respuesta directa.
También ha pedido a los gobiernos y las instituciones financieras internacionales que adopten una serie de medidas para abordar lo que llama un «desequilibrio peligroso en los fondos de ayuda covid-19 existentes».
Estos incluyen la implementación de una tasa impositiva corporativa mínima de al menos 25 por ciento, el aumento de impuestos para los ricos, las corporaciones y las personas con ingresos altos, la creación de registros públicos de beneficiarios reales, para saber quién se beneficia del gasto de recuperación y las ganancias obtenidas durante la pandemia.
También introducen una mayor rendición de cuentas para brindar transparencia de las condiciones adjuntas y los desembolsos de los fondos de recuperación de covid, incluidos los del Banco Mundial.
Articulo publicado originalmente en IPSNOTICIAS.NET