Abinader tiene frescos en la memoria los números que avalan avances en el ámbito turístico y los que reaniman el aparato productivo.
El presidente Luis Abinader luce muy centrado en la reactivación económica y en la seguridad ciudadana, sin abandonar su mantra contra la corrupción y la impunidad: cada quien es responsable de sus actos.
El mandatario encabezó el viernes un almuerzo con los productores y realizadores de programas La Súper 7 FM en el que compartió ideas e inquietudes de su gestión y respondió sin limitaciones las preguntas de los comensales.
Abinader, franqueado por el ministro de la Presidencia, Lisandro Macarrulla; el administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza; Milagros Germán, directora de Comunicación y Roberto Ángel Salcedo, miembro del Gabinete de Comunicación, se empeñó en algunas precisiones sobre el moméntum de reestructuraciones fiscales.
El economista quiso diferenciar una reforma fiscal de una reforma tributaria y tomó el escalpelo para para separar los subsidios de las exenciones. No he hablado de reducción de subsidios; por el contrario, con el programa Supérate el gobierno duplica las ayudas condicionadas.
Uno de esos sectores que, aprecia, pueden recibir desmontes es el turístico, al entender que en algunos casos ya no se requieren esos estímulos.
Confía en la reactivación económica y no cree posible, pese los rebrotes de Covid, volver a los confinamientos de inicio de la pandemia.
Abinader tiene frescos en la memoria los números que avalan avances en el ámbito turístico y los que reaniman el aparato productivo.
Sobre la reforma fiscal entiende que seguirá consultas y socialización para esperar el momento adecuado, que podría contemplar gradualidades.
El mandatario abordó el tema eléctrico, con anotaciones de Macarrulla, asumiendo que es auspicioso el futuro de las inversiones. Hizo énfasis en decenas de propuestas de energía alternativa.
Los recursos para dignificar las labores policiales y militares están presentes dentro de las preocupaciones del jefe de Estado. Citó las mejorías salariales a policiales y las previstas para militares en dos meses, así como las entregas de vehículos y otros equipos y ropas la semana pasada.
Abinader, en chacabana, después de recibir a comunitarios del Sur, se toma su tiempo para responder entre bocados, y explicó, marcando cada palabra, que no son muchos los cancelados y suspendidos en su administración.
Le mencioné los diferentes casos y persistió en su posición.
El mandatario se mostró confiado en la solución vía diplomática de las diferencias con Haití por el desvío del río Masacre, al regreso de las aguas a territorio nacional, que es lugar de nacimiento.
Mercedita, la asistente de Abinader se acercó con una anotación en una tarjeta, lo que hizo comprender a todos que se acercaba el fin.
El mandatario se permitió algunas bromas con su asesor en temas de Innovación, Bartolomé Pujals, del programa La Súper 7 en la mañana, a quien instó explicar su iniciativa del estabelecimiento del 30 del 30 de mayo de cada año como “Día de la Libertad”.
Horas después el Poder Ejecutivo emitió el decreto con la oficialización de las actividades.
El encuentro concluyó con las fotos colectivas de rigor y la sensación de haber agotado una agenda de preguntas y respuestas edificantes.
El mandatario había convocado para las 6 de la tarde de ese día el Consejo Nacional de la Magistratura, para iniciar la renovación del Tribunal Superior Electoral, afectado por una crisis de gobernabilidad que sobrevino cuando el señor Marcos Cruz, suplente del presidente asumió esas funciones. La reunión se aplazó.
Abinader, pese a lo inquietante del ambiente político por las investigaciones sobre corrupción del pasado gobierno y de su administración luce muy tranquilo, como un veterano en control de la situación.