El debate busca que las Américas lleven una postura común al encuentro global convocado por la ONU que pondrá en primer lugar a la agricultura y a los agricultores .
San José, 3 de junio de 2021 (IICA) – Los países de las Américas avanzan en la definición de mensajes convergentes de cara a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios convocada por las Naciones Unidas (ONU): el mensaje pondrá en primer lugar a la agricultura y a los agricultores y buscará mostrar al mundo las transformaciones que han venido realizándose en las formas de producción del Hemisferio a favor de la sostenibilidad.
Más de 70 expertos de los gobiernos de los distintos países del continente progresaron en esa línea durante el Segundo Diálogo Virtual de Apoyo a la Cumbre, motorizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Se trata de una serie de debates en los que participan representantes de los 34 Estados Miembros del Instituto, que comparten información sobre sus propios diálogos nacionales e intercambian puntos de vista sobre los temas relacionados con la Cumbre. El propósito final de encontrar consensos, de manera que las Américas lleven una postura común al encuentro global.
Lo que se busca, como dijo en la apertura de la reunión Lloyd Day, Subdirector General del IICA, es “definir un mensaje para que nos escuche el mundo”. Day agregó: “Queremos aprovechar esta Cumbre para decir que los sistemas alimentarios pueden mejorarse, pero no debemos olvidar que América produce alimentos para todo el mundo”.
El IICA integra la Red de Campeones de Cumbres –constituida por un conjunto de individuos y organizaciones comprometidas con sus objetivos- como representante de los sectores agrícola y rural de América del Norte, América Latina y el Caribe.
“Coincidimos con la visión del IICA de que la agricultura es parte de la solución y no del problema”, dijo Maximiliano Moreno, Director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina.
Moreno fue enfático cuando señaló que Argentina y otros países de América Latina y el Caribe han avanzado en los últimos años hacia prácticas sostenibles, como la utilización de la siembra directa y cultivos de cobertura para proteger los suelos.
En cuanto al impacto de la agricultura de la región en la emisión de gases de efecto invernadero, que producen el cambio climático, señaló: “Todos debemos aportar a la mitigación, pero también es claro que las responsabilidades históricas, e inclusive actuales, no son iguales en materia de cambio climático. Por lo tanto, al momento de definir los aportes de cada país debe tenerse en cuenta de dónde partimos, para realizar una transición justa y con respeto a las diversidades locales”.
Flavio Bettarello, secretario adjunto de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, indicó que "en la Cumbre de Sistemas Alimentarios debemos dejar en claro, como Hemisferio, que no hay una sola respuesta para los desafíos complejos que debemos enfrentar, por lo que las herramientas deben adaptarse a la realidad de cada país. No podemos priorizar un problema sobre otros y debemos considerar un gran número de opciones, que se adapten a las condiciones y a la naturaleza de cada región y de cada país. Confío en que en el Tercer Diálogo podamos consensuar una serie de mensajes que expresen la situación y las necesidades de nuestro continente para presentar al resto del mundo”.
Un tercer Diálogo Virtual de Apoyo a la Cumbre tendrá lugar el martes 15 de junio. La información recopilada formará la base de un informe y una "Declaración de Mensajes" que serán puestos a consideración del Comité Ejecutivo del IICA a finales de junio para su validación.
Lisa Myers Morgan, Directora Principal de Investigación del Ministerio de Agricultura y Pesca de Jamaica, se refirió a la vulnerabilidad a los eventos climáticos extremos que sufren los estados insulares del Caribe y concretamente señaló que “los huracanes y ciclones afectaron nuestra capacidad de tener sistemas alimentarios sostenibles”.
Por su lado, Reynaldo Dardón, funcionario del Ministerio de Agricultura y Ganadería de El Salvador, se refirió a los desafíos que enfrentan las naciones centroamericanas. “Estamos en una situación delicada porque importamos el 80% de lo que comemos. Estamos trabajando para poder producir nuestros alimentos pero necesitamos dejar en claro que la soberanía y la seguridad alimentaria depende de lo que nosotros como países hagamos para sacar del anonimato y mejorar la situación de nuestros productores agrícolas”.
El debate fue dividido en cuatro grupos de trabajo, en los que se discutieron distintos aspectos de las posturas que la región va a plantear en el encuentro global, en la que la ONU propone establecer compromisos y medidas mundiales que transformen los sistemas alimentarios, no solo para erradicar el hambre, sino también para reducir la incidencia de las enfermedades relacionadas con la alimentación y para favorecer una mejor conservación de los recursos naturales.
En uno de los grupos se discutió cuáles deben ser los principios para la transformación de sistemas alimentarios. El consenso fue que los sistemas del Hemisferio han sido resilientes. De todas maneras, se convino que se deben profundizar transformaciones hacia una mayor sostenibilidad que considere tanto la dimensión económica como la social y la ambiental. También se coincidió en que la transición debe respetar los modelos de cada país y evitar fórmulas universales.
Se planteó, también, que debe considerarse la cuestión del pago por los servicios ecosistémicos, cuestión que es central para América Latina y el Caribe, gran reserva mundial de recursos naturales.
César Baranda, desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay, puso el acento en la importancia de la cooperación técnica internacional. “Debemos buscar mecanismos que nos permitan compartir las experiencias, los conocimientos y las tecnologías para generar una sinergia positiva”, señaló.
Quienes debatieron sobre las demandas de los consumidores y la buena nutrición consideraron que las personas necesitan acceder a información completa sobre los alimentos para poder acceder a una dieta saludable.
En ese sentido se hizo hincapié en que los alimentos sanos no deben ser más caros que los ultra procesados y que se deben establecer normas que aseguren el etiquetado, de manera que los consumidores sepan qué comen. También se habló de la importancia de la educación, desde la niñez, acerca de los beneficios de una dieta saludable.
En el grupo dedicado a estrategias de producción y asuntos ambientales señaló la centralidad de los recursos de agua y suelo y se valoró a la agroecología como una alternativa para avanzar hacia una producción favorable a la naturaleza y la protección de la biodiversidad. También se puntualizó que la ciencia y la tecnología deben ser accesibles a los pequeños productores. Cristina Jiménez, Asesora del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, llamó la atención sobre el aporte que puede hacer la recuperación de los sistemas alimentarios ancestrales “como estrategia para la reducción de las vulnerabilidades ante el cambio climático”.
Christian Kandler, funcionario de la Dirección de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica, puntualizó la importancia de mencionar que los sistemas alimentarios deben ser compatibles con la conservación de la biodiversidad. Omar Aguilar, Director de Políticas Agropecuarias del Ministerio Agropecuario de Nicaragua, advirtió que se deben fortalecer los marcos legales que regulan la producción agroecológica en los países.
Otro grupo debatió sobre el rol de las Américas en los sistemas alimentarios globales e hizo foco en la heterogeneidad del Hemisferio, además de su extraordinaria importancia para la seguridad alimentaria y la provisión de servicios ecosistémcios. Se señaló, también, la necesidad de reforzar los sistemas de protección social. Shem Lindsay, en representación del Gobierno de Grenada, señaló que “el Caribe requiere de cooperación internacional y financiamiento”, especialmente para mejorar sus niveles de inversión en infraestructura, transporte y conectividad en las zonas rurales.