El 15% lo hace para ayudar con gastos de la casa, el 10% cubrir todos sus gastos, y el 6% porque sus padres perdieron su empleo durante la pandemia.
La Encuesta de Bienestar Infanto-Juvenil durante la Pandemia auspiciada por World Vision reveló que un 36% de adolescentes entre 12 y 15 años de zonas vulnerables se encuentra trabajando en vez estudiar a tiempo completo
Más detallado dicho porcentaje, el 15% lo hace porque tiene que ayudar con los gastos de la casa, el 10% porque tiene que cubrir todos sus gastos, y el 6% porque sus padres perdieron su empleo o fuente de ingresos durante la pandemia.
La organización humanitaria de protección de la niñez dice que ese indicador muestra que el aumento de la pobreza, el impacto de la pandemia y otros factores, han obligado a más niños, niñas y adolescentes en zonas vulnerables del país a trabajar para subsistir
La encuesta fue realizada a 403 adolescentes en 17 municipios de las provincias: Montecristi, Dajabón, Independencia, Bahoruco, San Cristóbal, El Seybo y Santo Domingo. De las zonas evaluadas, cinco de estas se encuentran entre las diez provincias más pobres del país.
La información fue expuesta por Johnny Bidó, asesor nacional de Protección e Incidencia de World Vision República Dominicana, quien agregó que, por décadas, la realización de actividad económica remunerada por parte de personas menores de edad ha sido vista como normal y cotidiana por la sociedad dominicana, sin embargo, esto forma parte de una violación de los derechos esenciales de esta población, y da paso a la explotación laboral temprana.
“Estas cifras son más que reveladoras, y apuntan a la necesidad urgente de incrementar los esfuerzos del país para elevar los índices de desarrollo humano en las zonas más vulnerables, a fin de mejorar la calidad de vida de los más pobres, sobre todo para garantizar el derecho a ser niños que la sociedad le ha robado a nuestros más pequeños, al asignarle roles y responsabilidades propias de los adultos”, agregó el experto en protección de la niñez.
Destacó también que, aunque solo un 4% de los encuestados dejaron sus estudios para trabajar, asumir estas tareas y no dedicar tiempo completo a sus estudios, frecuentemente incide en un bajo rendimiento académico u otros efectos, por lo que apela a que todos los organismos y familias velen para eliminar esta práctica.
A fin de unirse a la lucha contra el trabajo infantil y encontrar soluciones para eliminar toda forma de violencia contra la niñez, World Vision dice que busca busca y aporta posibles alternativas para mitigar el impacto y auge de casos en el país.
Como parte de las alternativas, la ONG ha propuesto al Ministerio de Trabajo, por medio de la Dirección Nacional de Trabajo Infantil, y con la integración de otros actores clave, la confección e implementación de un protocolo de actuación transversal que contribuya al abordaje integral de este flagelo, complementado con un programa formativo dirigido a adolescentes y jóvenes, enfocado en el desarrollo económico y habilidades para la vida, con base en metodologías propias, probadas en toda Latinoamérica.
Para Johnny Bidó, la pandemia ha contribuido a un incremento en la prevalencia del trabajo infantil y los factores que le sirven como detonantes; pero también, confirma la necesidad de que se produzca una gran alianza multisectorial que dé como resultado la implementación de herramientas efectivas para la prevención, combate y atención a víctimas de trabajo infantil, incluyendo sus peores formas.
Este representante de World Vision reitera que, durante una larga trayectoria, esta problemática ha vulnerado los derechos de la niñez, por lo que plantea una mirada en retrospectiva desde el 2000 hasta este tiempo de pandemia, para recordar la evolución del trabajo infantil en la nación.