Acontecimientos recientes en Cuba, Haití y República Dominicana han llamado poderosamente la atención en el exterior.
La segunda mitad del año 2021 encuentra a la región del Caribe, en especial los tres países que integran las dos más grandes islas de las Antillas Mayores, dilucidando acontecimientos que llaman poderosamente la atención de importantes sectores de poder a nivel mundial, incluidos medios de prensa en Europa, Estados Unidos y otras latitudes.
La detonante de la crisis política y económica en Haití, arrastrada desde tiempos remotos, echa ahora un precipicio de horror y de incertidumbre con el asesinato del presidente Jovenel Moise.
El curso de los acontecimientos a partir del magnicidio dejan en duda cuál será el futuro que depara a esa empobrecida nación, donde todo parece estar copado por el desorden y donde las pandillas imponen sus dominios, muy a pesar de los esfuerzos de la autoridad.
En Cuba, las manifestaciones en emblemáticas avenidas de La Habana y otras ciudades en contra del sexagenario régimen comunista ha concitado interés y abierto simpatías de instituciones y públicos en Estados Unidos, Europa y otras regiones del mundo que quieren ver cambios en la isla caribeña.
De la misma manera, los sacudiones que ha dado la justicia en República Dominicana, con preponderancia el Ministerio Público, con los envíos a prisión preventiva de importantes figuras del anterior gobierno, incluidos un ex procurador general, el jefe de la seguridad del anterior presidente de la República, entre otros, ha concitado el interés de sectores de poder politico y hegemónico en otras latitudes.
Haití
Haití, territorio con el que compartimos la isla La Hispaniola o Quisqueya, que hace 217 años se proclamó independiente del dominio francés, pasando a ser la primera república libre y soberana en América Latina, es digno de mejor suerte.
Pero en la parte oeste de la isla la palabra democracia ha pasado a ser algo difícil de concebir, de asimilar, mucho menos de ponerla en práctica. Y en estos días eso está más que entendido.
Cada día que transcurre es como si se enredara aún más buscar una solución a la crisis haitiana. El crimen contra el presidente Moise, y las complicaciones que se dan en los entramados de investigación a nivel policial y de justicia, parece indicar que falta un trecho muy largo para hallar una solución que llene las expectativas más cónsonas con el buen proceder.
Estado fallido al fin, Haití tiene que aceptar que en el proceso de investigación en torno al magnicidio contra Moise participen órganos foráneos para –así se entiende- llevar visos de legalidad a las conclusiones a las que se arribe en torno al caso. Justicia y policía en Haití no cuentan con el aval suficiente para arrojar resultados que sean creibles.
En estos días, la sed de poder ha salido a flote en Puerto Príncipe. Y lo terrible en todo esto es que Haití no cuenta con legitimidad congresual, ni judicial, y el órgano llamado a convocar eleciones para septiembre, con miras a elegir nuevas autoridades, luce empantanado y en ese tenor, los adelantos son mínimos, o nulos.
Los representantes de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) en Haití y un grupo de embajadores extranjeros, que forman el llamado Core Group, instaron Ariel Henry a tratar de formar gobierno. Antes de ser asesinado, Moise designó a Henry primer ministro, pero se dice que nunca salió el decreto como tal, y con un Senado en receso, carece de legimitidad.
En un comunicado, el Core Group pide la formación de un gobierno consensuado e inclusive, para lo cual sugiere a Ariel Henry para que continúe la misión que se le ha encomendado para formar gobierno.
Cuba
En lo que respecta a Cuba, por lo pronto en Washington ha habido reacciones a las protestas en la isla. El Departamento de Estado, a través de la subsecretaria Adjunta para Asuntos del Hemiferio Occidental, Emily Mendrala, dijo esta semana que las políticas de la Administración Biden hacia Cuba “están bajo revisión”.
Explicó que como lo ha dicho el presidente Joe Biden y el secretario de Estado Antony Blinken, la política hacia Cuba estará centrada en “el respeto a los derechos humanos y el apoyo para la democracia”.
Y fue más explícita: reiteró el apoyo de Washington al pueblo cubano, y afirmó que la atención de la Casa Blanca se centra en buscar las vías para impactar directamente en el bienestar “en términos políticos y económicos” de los cubanos.
Refirió que se está “hablando con la sociedad civil en la isla”, y también “con gobiernos socios en todo el mundo”.
Mientras que el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, al participar este sábado en un acto de “reafirmación revolucionaria”, dijo que “ninguna mentira se ha levantado por casualidad o por error, todo está fríamente calculado en un manual de guerra no convencional”, y acusó a Estados Unidos de haber fomentado las protestas.
“Lo que está viendo el mundo de Cuba es una mentira", al referirse ae la difusión de lo que dijo son “imágenes falsas” en redes sociales.
República Dominicana
En República Dominicana, recientes casos conocidos por la justicia, que tienen que ver con corrupción administrativa, aún en fase preventiva, han elevado la confianza en este poder del Estado. Pero en particular del Ministerio Público, que ha llevado la voz cantante en cuanto a las acusaciones formuladas contra ex funcionarios del anterior gobierno, como el caso del ex procurador general Jean Alain Rodríguez, preso por 18 meses a cumplir en la cárcel de Najayo.
En los once meses que lleva de ejercicio la actual gestión, se ha visto a al Ministerio Publico actuar de manera abierta en casos de uso indebido de los recursos públicos. Y al respecto, ha habido pronunciamientos favorables a estas acciones en esferas de poder en Estados Unidos.
El gobierno del presidente Luis Abinader, desde sus mismos inicios y aún antes, en plena campaña electoral, enarboló la consigna de lucha contra la corrupción y cero impunidad.
Los operativos Anti-Pulpo, Caracol, Coral y Medusa han llevado a prisión preventiva a ex funcionarios, varios oficiales militares entre ellos un mayor general activo, todos vinculados al gobierno que encabezó el ex presidente Danilo Medina, y que incluyen hermanos y cuñados del ex gobernante.