Señaló que la familia no busca venganza ni violencia, pero se encargarán de que se haga justicia
Martine Ethienne, viuda del presidente asesinado Jovenel Moïse, exigió hoy justicia para quien murió 'con mucha violencia' por el crimen de 'liberar al Estado de los oligarcas'.
Durante una serena intervención en los funerales nacionales celebrados en la norteña ciudad de Cabo Haitiano, la ex primera dama aseguró que el gobernante fue 'abandonado y traicionado', mientras los asesinos está ahí. 'Vamos a mirarlos directamente a los ojos. Y decir: 'áBasta!', dijo Martine quien vistió de negro con un sombrero de ala ancha y cabestrillo en su brazo derecho.
La esposa del occiso recibió varios disparos durante el ataque mortal en la residencia presidencial en la madrugada del 7 de julio, y fue trasladada hacia un hospital de Estados Unidos.
Señaló que la familia no busca venganza ni violencia, pero se encargarán de que se haga justicia para evitar que 'la sangre de nuestro presidente se derrame en vano'.
También alabó los 25 años de matrimonio, y significó que Moïse fue un buen esposo, padre y líder, que conocía todos los vicios de 'este sistema podrido e injusto del que nadie antes de él estaba dispuesto a hablar'.
’Te han asesinado salvajemente, tú, que estabas en contra de la violencia, te conspiraron, te traicionaron y te abandonaron y te dejaron para que te mataran bárbaramente', dijo Martine quien señaló en varias ocasiones a aquellos que ostentaban el poder económico.
Subrayó que Moïse mostró el camino al pueblo para libertarse de sus opresores y señaló que 'los oligarcas ganaron la batalla pero no la guerra'.
Inhuman a presidente asesinado
Los restos mortales del presidente asesinado Jovenel Moïse fueron inhumados en una pequeña capilla situada en la residencia familiar de Cabo Haitiano, en el extremo norte del país.
Los funerales tuvieron un inicio accidentado con manifestantes en las afueras de la villa privada erigiendo barricadas de neumáticos, mientras exigieron que las autoridades hagan justicia por el crimen.
Los asistentes escucharon fuertes ráfagas de disparos, al tiempo que la Policía repelió a los disconformes con botes de gases lacrimógenos.
Los hechos provocaron que la representación de la legación estadounidense, encabezada por la embajadora ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, abandonara las honras fúnebres.
Minutos después regresó la calma y la ceremonia religiosa continúo sin mayores contratiempos.
Durante las exequias, además de Martine Ethienne, tomaron otros familiares del fallecido, entre ellos su hermana Marielle Moïse, que en un discurso entrecortado y emotivo, comparó a Moïse con el líder libertador Toussaint Louverture, que luchó toda la vida por la libertad de los más necesitados.
Por su parte, uno de sus hijos, Joverlein Moïse, aseguró que el exjefe de Estado tenía un compromiso con la verdad, y por eso sus ideas continuarán vivas después del trágico 7 de julio.
Moïse es el quinto presidente asesinado desde 1804, cuando una revolución liberó a Haití del yugo colonial francés.
Su muerte a los 53 años, con signos de tortura y miembros desgarrados, avivó los sentimientos nacionalistas y regionalistas de la región del Gran Norte, del cual era oriundo.
El exdignatario fue enterrado junto a su padre, en la capilla familiar situada en la residencia de Quartier-Morin, a unos nueve kilómetros de Cabo Haitiano, la segunda ciudad en importancia del país.
Por el magnicidio la Policía arrestó hasta el momento a 26 personas, 18 de ellas de nacionalidad colombiana y cinco haitianos-estadounidenses.
La compleja trama del asesinato incluye a ciudadanos de Estados Unidos, Colombia, Ecuador y Haití, mientras el Gobierno de Washington admitió este viernes que entrenó al menos a seis de los integrantes del comando armado que ultimó al mandatario, aunque se desvinculó del crimen.
Con datos de Prensa Latina