La verdad es que a Johnny Ventura Soriano lo lloraron millones de personas, algunas de ellas hasta en silencio.
Y muchas otras volvieron a escuchar sus merengues, a ver sus presentaciones, a valorar su paso por la vida.
Hubo decenas de escritos de respetados y conscientes personajes que elogiaron la larga y respetada trayectoria del símbolo del mejor merengue dominicano de la actualidad.
José del Castillo, Guillermo Piña Contreras, José Rafael Lantigua, Joseph Cáceres, Domingo Bautista, Huchi Lora y otros muchos desplegaron elogios para “El Caballo Mayor” de República Dominicana, quien sin duda supo “amar al otro en su necesidad primordial sin juzgarlo en su agonía”, como predicara Buda.
Hasta personas que nunca antes escribieron una línea sobre Johnny o el merengue, lo hicieron ahora con motivo de su inesperada partida al cielo de los buenos.
ALECCIONADOR Y SIN DESPERDICIOS
Como aleccionador y sin desperdicios puede calificarse el trabajo de José Luis Taveras del pasado jueves en Diario Libre.
Bajo el título de “Entre funcionarios, batracios y reptiles”, este concienzudo abogado, narrador, ensayista y crítico de todo lo mal hecho, desglosa algunas ideas sobre el comportamiento de los dominicanos y de sus funcionarios. ¡Hay que releerlo ya!
¡“DOMINICANEANDO”, EXCELENTE OBRA
Del escritor, militar, diplomático, historiador, conferencista, poeta, ensayista y político José Miguel Soto Jiménez acabo de leer su última obra “Dominicaneando”. La recomiendo, aunque tan larga que cuenta con 548 páginas.
Soto Jiménez, exministro de las Fuerzas Armadas en el gobierno del periodo 2000-2004, ha sido desde siempre un ‘buen tipo’, un ‘caballeroso y amable’ personaje, uno que no busca pero no rechaza pleito.
En la obra resume en subtítulos, numerosos hechos en que se ven envueltos dominicanos desde que nacen. Y lo hace con palabras ‘duras’, grotescas, pintorescas o gozonas.
Describe un perfil actualizado de cómo somos, los que más nos gusta hacer, lo que hacemos a escondidas, las cherchas en que perdemos el tiempo…y mil cosas similares.
Creo, sin embargo, que es un libro positivo, que destaca nuestros valores como seres humanos, que perdurará aunque ahora se lea menos que ayer. Y mucho menos obras largas.
Salud para este escritor de numerosas obras que pasó por la más alta jefatura de las FFAA sin hacer daño a subalternos ni a ciudadanos.
Y quien lo dedica a personajes criollos de todas las tendencias políticas y pensamientos, porque se sabe apreciado y respetado por ellos.