Organizaciones que brindan su ayuda intentan aminorar la emergencia causada por el terremoto
Por Carolina Endara
LES CAYES, Haití, 22 ago (Xinhua) — En el exterior de una de las salas del Hospital Immaculee Conception, Rachel Alford, paramédico voluntaria de la organización internacional no gubernamental Team Rubicon, sostiene y consuela a un pequeño niño mientras le curan una herida en el rostro.
Lo abraza con ternura, le dice palabras de consuelo en inglés e intenta contenerlo y calmar su llanto, mientras integrantes del personal médico haitiano le dan tratamiento al niño.
Tras unos minutos, uno de los médicos voluntarios de esta organización cura la herida de un hombre en la pierna, y con la ayuda de un traductor le da consejos de qué hacer en los próximos días para que su herida vaya sanando.
Alford dijo que cuando el equipo con el que viajó llegó a Haití, lo primero que hicieron fue preguntar cómo y en qué podían asistir a los médicos haitianos quienes no han parado de trabajar desde el día del terremoto.
Indicó que su organización no llega a un lugar e impone una forma de trabajo, sino que simplemente ofrecen su ayuda en lo que sea necesario y se acoplan a las necesidades de los médicos locales, quienes a pesar de tener una situación muy compleja en sus manos, intentan cada día sacarla adelante.
De forma similar, Luis Alva, líder del grupo Rescate Internacional Topos AC, que se encuentra actualmente trabajando en Haití, manifestó que han trabajado muy de cerca con personas locales, sobre todo con los bomberos haitianos, quienes consideran han realizando un gran trabajo.
Alva dijo que lo último que se debe perder es la esperanza, y que aunque a estas alturas es díficil encontrar a personas con vida debajo de los escombros, no es imposible, sobre todo porque considera que los haitianos son personas muy fuertes.
Junto a este grupo de topos mexicanos que recorren distintas áreas de Les Cayes, viajan algunos bomberos y policías haitianos, algunos portando el uniforme de esta organización.
La llegada de ayuda tiene una constante que se repite, junto a los integrantes de las organizaciones, a los médicos y a las personas que eligieron viajar por su cuenta para traer ayuda privada, una persona local generalmente los acompaña.
Quienes no son parte de un equipo, pero trabajan en la industria de los serivicios, también colaboran con los visitantes traídos hasta aquí por la emergencia, son cálidos y amables, e intentan que el idioma no sea un obstáculo.
Ya sea trabajando hombro a hombro en los hospitales, traduciendo lo que dicen los heridos y demás víctimas, manejando hasta lugares lejanos y de difícil acceso, brindando su asesoramiento para lograr una mejor comunicación, o hasta repartiendo bolsas con agua a sus connacionales afectados, los locales reciben gratamente la ayuda, pero no se quedan con los brazos cruzados, ellos también aportan en todo lo posible para sacar adelante a la nación haitiana de esta emergencia.