El riesgo genético de una persona es más elevado en los primeros años de vida y luego desciende en el caso de muchas enfermedades, como la hipertensión arterial, el cáncer de piel y la hipoactividad tiroidea.
MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -Las personas suelen enfermar más a medida que envejecen, pero una nueva investigación de Gil McVean, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), y sus colegas, concluye que el impacto de los genes de una persona en su riesgo de enfermar en realidad disminuye con la edad, publican en la revista 'PLOS Genetics'.
Los genes que heredamos de nuestros padres influyen en nuestro riesgo de padecer casi todas las enfermedades, desde el cáncer hasta las cardiopatías y los trastornos autoinmunes. Gracias a las nuevas tecnologías genómicas, los científicos pueden utilizar el genoma de una persona para predecir su riesgo de padecer enfermedades en el futuro. Sin embargo, trabajos recientes han demostrado que el poder predictivo de la genética de una persona puede depender de su edad, sexo y etnia.
En el nuevo estudio, el equipo de McVean investigó si el riesgo de desarrollar una enfermedad que supone ser portador de ciertos genes cambia a medida que una persona envejece. En otras palabras, querían saber si hay ventanas en las que las personas son más o menos propensas a desarrollar enfermedades relacionadas con la genética.
Utilizaron los datos genómicos de 500.000 personas del Biobanco del Reino Unido para analizar el impacto de su genética en el riesgo de desarrollar 24 enfermedades comunes. Aunque las distintas enfermedades presentaban patrones de riesgo diferentes, los investigadores demostraron que el riesgo genético de una persona es más elevado en los primeros años de vida y luego desciende en el caso de muchas enfermedades, como la hipertensión arterial, el cáncer de piel y la hipoactividad tiroidea.
En la actualidad, no están claras las razones por las que el riesgo que suponen los genes de una persona disminuye con la edad. Los investigadores sospechan que puede haber procesos desconocidos en funcionamiento, como las interacciones entre los genes de una persona y su entorno que conducen a la enfermedad.
Entender mejor cómo influye la edad en el riesgo de que una persona desarrolle una enfermedad vinculada a sus genes podría ayudar a los investigadores a hacer predicciones más precisas sobre si un individuo acabará enfermando de esa dolencia.
McVean añade que su trabajo "demuestra que el modo en que la genética afecta al riesgo de contraer una enfermedad cambia a lo largo de la vida. Para muchas enfermedades, los factores genéticos son los más importantes a la hora de determinar si se padecerá una enfermedad al principio de la vida, mientras que -a medida que se envejece- otros factores pasan a dominar el riesgo".