Luis Abinader ha permitido -sin intromisión presidencial alguna- que la Procuraduría General de la República, junto a sus organismos internos, como la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca).
NUEVA YORK. – El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, y el expresidente Leonel Fernández coincidieron este fin de semana en viajar a los Estados Unidos, con el objetivo de cumplir, por separado, compromisos políticos y sociales en esta ciudad.
Partiendo desde Santo Domingo con solo horas de diferencia, Abinader y Fernández coincidieron con sus agendas particulares estrechar sus vínculos con la diáspora dominicana de Nueva York, y consolidar así sus influencias políticas aquí.
La razón principal del viaje de Abinader, líder del Partido Revolucionario Moderno (PRM), fue para participar como jefe de Estado dominicano en la 76 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Mientras que Fernández, líder del partido Fuerza del Pueblo (FP), en una campaña política a destiempo con miras a las elecciones del 2024, busca entre otras cosas, ganar algún espacio noticioso y reducir con ello el impacto informativo de las actividades del primer mandatario.
Acompañado de un reducido grupo de altos funcionarios de su gobierno, Abinader salió de Santo Domingo el sábado 18 muy temprano en la mañana en un vuelo comercial, mientras que Fernández se adelantó y lo hizo igualmente el viernes 17 en horas de la tarde.
El itinerario del primer mandatario contempla una gira de seis días, mientras que Fernández, con mucha astucia y premeditación, lo programó para permanecer en NY por 17 días.
En su primer viaje internacional como presidente de la República a este estado, Abinader busca darse un “baño de pueblo” con la diáspora dominicana en esta ciudad, reuniéndose con periodistas en el Alto Manhattan, luego con los compatriotas de Washington Heights, así como con líderes académicos, empresariales y políticos locales, para afianzar así su liderazgo en esta región.
Por su parte, Leonel inició sus actividades proselitistas el mismo sábado 18, realizando juramentaciones de nuevos miembros de su organización en los condados de Brooklyn, Queens, Long Island y Staten Island, asi como en las ciudades de Rockland, Weschester, Albany y el estado de New Jersey.
En lo que respecta a sus ejecutorias como presidentes, lo que Fernández no pudo hacer en sus 12 años de gobierno (1996-2000/2004-2012) con respecto a la persecución de la corrupción, Abinader, en tan solo un año de gestión gubernamental, otorgó independencia y libertad de acción al Ministerio Público quien ha logrado prisión preventiva contra los que desfalcaron al Estado dominicano en el pasado gobierno peledeísta que encabezó Danilo Medina.
Con esto, el gobernante ha demostrado que no tolerará actos punitivos en su gobierno, y ha procedido a cancelar a varios funcionarios corruptos de su administración, contrario a Fernández, quien prometió en campaña antes de ser presidente, “eliminar la corrupción gubernamental” y otros males sociales heredados de las administraciones reformistas y perredeístas, y nunca lo hizo.
Luis Abinader ha permitido -sin intromisión presidencial alguna- que la Procuraduría General de la República, junto a sus organismos internos, como la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa (Pepca), hayan desatado una persecución contra varios influyentes diputados de su partido, el PRM, involucrados en un entramado societario de tráfico de drogas y lavado de activos.
Fue a partir de la primera reelección de Fernández (2004-2008), que grandes titulares en los medios de comunicación destacaran comprometedores actos de corrupción que involucraban a muchos de los funcionarios de su gobierno.
¿Cuántos de los funcionarios peledeístas fueron apresados en el gobierno de Leonel, involucrados en un desfalco en más de mil millones de pesos en el Plan Eventual Mínimo de Empleos (PEME)?
Fue en el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004) que la acción judicial se produjo contra los ex funcionarios y dirigentes peledeistas Luis Incháusti, Haivajoe Ng Cortiñas, Diandino Peña y Simón Lizardo por cometer supuestos delitos de corrupción contra el Estado en el gobierno del PLD.
Sin embargo, al regresar el PLD al poder en 2004, estos fueron indultados en el segundo mandato presidencial de Fernández.
Félix Bautista, otro hombre de confianza de Fernández, fue acusado y luego descargado de supuestamente sobrevaluar la construcción de la carretera de Vallejuelo, en San Juan de la Maguana.
Bautista protagonizó otro escándalo de corrupción cuando fue acusado de supuestamente “malversar” $6,500 millones de pesos del caso de la Sund Land, y nada pasó en su contra.
Por otro lado, Víctor Díaz Rúa fue involucrado en actos de corrupción administrativa y lavado de activos en 2014, siendo ministro de Obras Públicas.
Tuvo la suerte de que un juez, en el gobierno de Fernández, ordenara el archivo definitivo de este caso y anulara la investigación que realizara la fiscal de entonces Yeni Berenice Reynoso, quien enojada por la sentencia, escribió en su cuenta de Twitter “18 meses de investigación, cientos de evidencias pero está prohibido judicialmente perseguir la corrupción”.
Hoy en campaña adelantada, con un récord negativo de haber entregado el poder en 2012, con un déficit fiscal de más de 187 mil millones de pesos, y dirigiendo otro partido como lo es Fuerza del Pueblo, Fernández se presenta a la opinión pública como si no tuviera nada que responder como mal administrador, y su actitud de no defender los recursos del Estado en sus 12 años de gobierno.
Está claro que los escándalos de corrupción administrativa puestos al desnudo por el actual Ministerio Público en el gobierno de Abinader, demuestran que los más escandalosos desfalcos multimillonarios se produjeron en las administraciones de los gobiernos de Leonel Fernández y Danilo Medina.
A ambos políticos dominicanos, se les hará muy difícil que regresen al poder, a menos que la sociedad dominicana haya perdido el juicio.