“El gobierno necesita aumentar sus ingresos, porque ya llegó el momento de no poder cubrir el déficit”, dijo Rafael Espinal..
SANTO DOMINGO.- La deuda pública de la República Dominicana registró un incremento de US$13,000 millones, durante el período comprendido de diciembre del 2019 a agosto del año en curso, debido a la parálisis económica causada por la pandemia del Covid-19.
Así lo reveló el economista Rafael Espinal, quien afirmó que ese nivel de endeudamiento del país equivales al 69 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Según expuso Espinal al ser entrevistado en el programa “Así Vamos, con Héctor Guzmán”, que se difunde cada domingo a las 10:00 AM por Teleradio América, la actual situación económica dominicana significa que prácticamente toda la producción del país durante un año, está comprometida en ese porcentaje como deuda.
Indicó que ya el país ha superado su límite de endeudamiento y que por eso es que el gobierno plantea la aprobación de una reforma fiscal.
“El gobierno necesita aumentar sus ingresos, porque ya llegó el momento de no poder cubrir el déficit y para disminuir el nivel de endeudamiento requiere aumentar las recaudaciones con nuevas figuras impositivas, por un problema de presupuesto y de deuda”, precisó.
Dijo que el país procura en estos momentos colocar bonos en el mercado, tendrá que pagar intereses más altos que en condiciones normales, porque la calificación del país empieza a tener riesgos y no poder cumplir con esos compromisos de pago de capital e intereses.
Indicó que debido a los altos gastos que ha tendido el Estado desde el inicio de la pandemia, el endeudamiento llegó a alcanzar el 72%, pero que al reactivarse la economía, la relación de deuda y producción disminuyo.
Agregó que esa situación presiona al gobierno, porque los intereses que se tienen que pagar por la deuda, le disminuyen su capacidad para cubrir los gastos corrientes e inversiones.
Puso como ejemplo que si el Estado cobra 100 pesos de impuesto, tiene que destinar RD$46 para el pago de la deuda, de los cuales, RD$23 son para cubrir los intereses y el resto al capital, por lo que tiene necesariamente que volver a tomar préstamos.
En ese sentido dijo que el gobierno necesita subir sus ingresos entre 120 y 150 mil millones de pesos, lo que puede lograr disminuyendo las exoneraciones, a los distintos sectores productivos como turismo, zonas francas, construcciones, espectáculos, el cine, colegios, clínicas, tienen exonerado el pago del ITEBIS, desde bastante tiempo favoreciéndose de esa gracia.
El presupuesto: una mentira
Al abundar acerca de la elaboración del próximo presupuesto, Espinal calificó la pieza de desarrollo como “una mentira”, argumentando que lo importante no es el monto que se indique, sino la ejecución de los proyectos que se contemple ejecutar.
Indicó que esa realidad se puso de manifiesto con el presupuesto de 2020, cuando los programas de vacunación desbordaron las erogaciones presupuestadas, viéndose el gobierno obligado a disminuir las asignaciones de varios capítulos, como la inversión pública, la que dijo ha caído a un nivel preocupante.
Sostuvo que hasta el pasado septiembre, que es el tercer mes del último trimestre del año fiscal, la inversión pública no llegaba al 50% de lo presupuestado, aunque hay ministerio que se han activado y es posible que superen el promedio de todos los trimestres anteriores.
Ley de contrataciones
En otro aspecto, el economista aseguró que la presión ciudadana por la transparencia en el manejo de los recursos estatales y el compromiso del presidente Luis Abinader de hacer todo de acuerdo con la ley de contrataciones públicas, “para garantizar que eso no se fuera de la mano”.
No obstante, dijo la ley de contrataciones por un lado es positiva, pero por el otro es negativa, sugiriendo sea reformada, “ya que obstaculiza muchas actividades del gobierno”.
“Esa legislación establece que para un organismo hacer una licitación, tiene que tener una partida presupuestaria, por lo que ya en septiembre, por ejemplo, no se pueden presentar, limitando la inversión pública”.
Observó que el gobierno tiene nuevas leyes sobre presupuesto, contraloría, de crédito público “y un sistema de controles distintos totalmente a lo que tuvo el presidente Hipólito Mejía en el periodo 2000-2004.
El 2022 será distinto
Espinal afirmó que el año pasado el gobierno terminó con un superávit presupuestal, debido a los recursos que recibió al colocar los bonos soberanos tan pronto se inició la actual gestión.
Sin embargo, adelantó que el venidero 2022, será distinto, porque para enfrentar el problema sanitario del Covid-19, tuvo que recurrir al cobro adelantado de los impuestos a la empresa minera Barrick Gold, los que no recibirá el año entrante.