Los más versados analistas económicos del mundo pronosticaron, sin equivocación, que los efectos negativos secundarios de la pandemia serían devastadores.
La llegada del Covid-19, a principios del 2020, generó una grave crisis en el sistema de salud que llenó de luto y tristeza a millones de hogares a nivel mundial.
Independientemente de la masiva campaña de vacunación iniciada por la mayoría de los países, dentrode pocos días estaremos alcanzando la cifra de cinco millones de personas muertas por culpa del coronavirus y sus variantes.
El número de fallecidos, que ayer sumaban 4,936,832,sigue sin detenerse; el de infectados sobrepasa los 242,9 millones de personas, mientras que vacunados la cantidad se ha elevado a más de 6.7 billones de personas, según la Universidad John Hopkins.
Si bien es cierto que la movilización para encontrar vacunas efectivas contra el Covid fue acelerada y efectiva, aún estamos muy lejos para detener los efectoscolaterales que afectaron y seguirán perjudicandoseriamente la base de la economía, los mercados y centros financieros globales por esta causa.
Los más versados analistas económicos del mundo pronosticaron, sin equivocación, que los efectos negativos secundarios de la pandemia serían devastadores, y que desatarían una gran crisis en todos los sistemas de producción, manufactura y servicios, siendo los más perjudicados las naciones pobres y aquellas en vías de desarrollo.
Los renglones económicos más golpeados en plena pandemia fueron los sistemas financieros, banca, comercio, turismo, agrícola, manufactura y el mercado inmobiliario.
Para las grandes potencias y países desarrollados, las muertes por coronavirus ya no es lo más importante.Están concentrados en levantar sus debilitadaseconomías, seriamente vapuleadas por la pandemia y sus variantes.
Los millones de muertos y enfermos por culpa del coronavirus hizo que muchos no infectados abandonaran sus trabajos aterrorizados, y que independientemente de la efectividad de las vacunas, sienten temor de volver, provocando con su entendible actitud un desempleo forzado en todos los renglones económicos y productivos.
La falta de empleomanía desde el inicio de la pandemia en 2020 está creando una grave crisis de escasez detodo, generando especulación y el incremento de los precios, especialmente en productos agropecuarios, demanufactura, transporte y tecnológicos.
Según reporte del Banco Mundial, la economía global se redujo en un 3,59% en 2020, como consecuencia de la pandemia.
Los fabricantes de automóviles Toyota, Nissan, Ford yVolkswagen suspendieron temporalmente desde enero pasado la producción de nuevas unidades en algunas de sus plantas, por falta de chips y semiconductoresindispensables para su funcionamiento.
Una buena parte de las agencias y concesionarios de venta de vehículos nuevos y usados en los Estados Unidos, tienen sus parques de exhibición vacíos, con un muy reducido número de vehículos usados en venta.
Es muy probable que al regresar al mercado con nuevas unidades vehiculares -cuando pase la mala tormenta económica global-, los precios de los nuevos autos no serán muy atractivos para los bolsillos de los nuevos compradores.
Entre las empresas afectadas por chips, microchips y semiconductores, además de los automóviles, están los fabricantes de computadoras, electrodomésticos yteléfonos celulares “inteligentes”, que podrían no disponer de nuevas y modernas unidades en los próximos dos años, debido a la escasez de estas partes.
A estas dificultades económicas ahora se suma la gran crisis de la cadena de suministros o transporte de mercaderías necesarias, así como productos de consumo básico para la alimentación, incrementando con ello los precios a nivel mundial por esta causa.
En áreas costeras de EEUU, miles de contenedoresrepletos de todo tipo de mercadería están sobre barcos cargueros que no han podido entrar a los puertos para ser descargados y luego transportados a sus destinos finales.
Un reporte de la Asociación Estadounidense de Camiones (ATA, por sus siglas en inglés), afirmó que esto se debe a la falta de unos 80 mil conductores de camiones, cifra que cada día sigue aumentando por causa de jubilación yenfermedad, entre otros motivos entendibles.
Los conductores de camiones son los responsables de mover el 71% de la carga a nivel nacional en los EEUU.
Los precios de los productos comestibles que se ofertan en las grandes cadenas de supermercados y tiendas en esta gran nación se han incrementado en más de 20% este año. La gasolina regular se aproxima a los $3.50 de dólares el galón.
En los países de América Latina y el Caribe, la crisiseconómica y el incremento porcentual de los precios de los productos de consumo diario es aún mayor, debido a la baja producción agrícola por falta de insumos, yempleomanía para la agricultura.
La falta de empleados en la mayoría de las empresas y negocios en los Estados Unidos ya es más que notorio en todas partes.
Transitar por calles y avenidas de cualquier ciudad, es costumbre ver adheridos a los cristales frontales de negocios y empresas, el clásico letrero “Now Hiring”, indicativo que se está solicitando personal para trabajar, y con ofertas de pago por encima del mínimo estatal o federal establecido.
El desembolso de millones de dólares por parte del gobierno federal de los EEUU, para aliviar la situación económica a los desempleados por culpa de la pandemia,ha hecho que una buena parte de ellos se mantengan en sus hogares cómodamente sentados recibiendo un cheque por “unemployment”, por Seguro Social, y otro cheque de estímulo de rescate económico autorizado por la ley CARES (Coronavirus Aid, Relief and Economic Security).
Pero, además, otros con más suerte, también reciben cheques para el pago de la renta de casas oapartamentos, la cual no pagan según quejas de los dueños de edificios. Y como si fuera poco, a estos últimosse les niega el derecho a desalojarlos legalmente debidoa la crisis generada por la pandemia.
Sin embargo, uno de los renglones que ha aumentado a nivel estatal es el servicio de mensajería de productos comestibles desde los supermercados, restaurantes de comida rápida y transporte de pasajeros al estilo Uber, utilizando bicicletas mecánicas, electrónicas y automóviles privados.