El suicidio lo provoca una enfermedad denominada depresión.
Hace 27 años perdimos al profesor Narciso González, en unos de los gobiernos más funestos que le ha tocado vivir a la República Dominicana, el de Joaquín Balaguer, siguiendo el mismo camino de Arturo Freites 1916, Gregorio García Castro y Orlando Martínez, cuyo pecado fue morir por decir la verdad.
A raíz de la desaparición de Narcisaso el abogado penalista y político Marino Vinicio Castillo, planteó la teoría del suicidio, llegando al extremo de afirmar que fue parte de un plan político orquestado por el Partido Revolucionario Dominicano hoy PRM.
Es muy lamentable que nuestra justicia no se haya decidido a esclarecer el verdadero trasfondo de este horrendo acontecimiento. Más lamentable aun es que los familiares del noble profesor han tenido que recurrir a los organismos internacionales para tratar de esclarecer la desaparición del destacado profesor.
En virtud que después de tantos años las autoridades no se han pronunciado al respecto y aprovechando la falta de valores y conciencia histórica, Ahora que vuelve salir a la luz pública la teoría del suicidio en el caso del dirigente político Reinaldo Pared Pérez.
Esto nos lleva a exponer a los nobles lectores los elementos a constituirse para que la teoría del suicidio posea valores importantes a considerar.
El suicidio lo provoca una enfermedad denominada depresión. La depresión, no puede concretizarse, sino es derivada de dos formas de enfermedades diferentes. La primera es la depresión endógena y reactiva, la endógena surge de los trastornos sentimentales vitales, es una patología orgánica, de las estructuras emocionales del cerebro, consiste en que la persona enferma se siente triste, una tristeza tendente a la inhibición de su impulso vital, perdiendo el colorido de la vida, visión e interés.
Mientras que la depresión reactiva causada por una situación que lleva a la persona sentirse muy mal, un ejemplo sería cuando nosotros nos sacamos un premio, nos sentimos alegres, esa es una alegría reactiva por una causa que está sucediendo, que nos alegra, en cambio si se nos muere un ser querido, sentimos una tristeza reactiva, poco a poco el dolor se va cerebro hasta llevar a la persona suicidarse.
Lamentamos que el populismo mediático se preste a distorsionar la verdadera causa de muerte de Reinaldo, a sabiendas que el dirigente político no merecía terminar su vida de esa forma, al final las autoridades tienen el deber de decir si estaba presenciado elemento constitutivo del suicidio en este funesto hecho, trae duda que un hombre lucho tanto, sin perder la esperanza.
Giovanni Morillo
El autor es Abogado y Analista Político.