Al paso que vamos en el país, tendremos que actuar como santo Tomás de ‘ver para creer’.
¿Cuántas promesas carentes de veracidad? ¿Cuántos políticos sin nivel alguno montando y desmontando pasarelas cuando mejor les conviene? ¿Cuántos farsantes en la vida pública dominicana, a todos los niveles y en todos los frentes y agrupaciones políticas?
Algunos criticando el gobierno que preside Luis Abinader para ‘pescar en río revuelto’, y otros alabándolo para ‘conseguir lo suyo’, algún cargo o algún ‘carguito’, sin conocer a veces nada de lo que atañe a la posición que aspiran.
Seguimos invirtiendo una ‘millonada grande’ en el sector de los maestros, de los médicos y de la UASD, sin que cesen los paros, huelgas y demandas para muchos inexplicables.
Contamos con miles de ONG sin que sepamos qué hacen con el dinero que reciben.
Contamos con las mismas calles, avenidas, carreteras y autopistas pero con un aumento diario de vehículos, lo que provoca accidentes, desórdenes y terribles ‘taponamientos’, amén de violaciones a las leyes y disposiciones de tránsito terrestre.
Tenemos una comunidad haitiana ilegal que casi llega a dos millones de ciudadanos que no agradece nada de lo que el país asume a su favor, y con costumbres diferentes a las nuestras.
(Parece que por fin autoridades oficiales, sociales y cívicas enfrentarán la situación haitiana en nuestro territorio ante la crítica situación que se vive en Haití).
Demandamos cada día mejores servicios en salud, educación, alimentación y servicios, pero nadie quiere ni acepta que se les cobre ninguna suma extra, aunque sea irrisoria.
Leemos, sin sorprendernos, que RD tiene una situación económica estable y en crecimiento, pese a que, descorazonados, vemos como aumentan los préstamos.
Sabemos que en la administración pública hay una enorme cantidad de empleados por encima de lo necesario, pero a la vez los del PRM exigen se les nombre ya.
Los legisladores insisten en mantener sus privilegios y los empresarios e industriales en subir los precios de productos y servicios dizque para no caer en bancarrota. Mientras…los pobres siguen ‘oliendo donde guisan’, ‘comiendo lo que aparezca’, sin agua potable, energía eléctrica, educación y tecnología, ni un lugar sano donde esperar el final de su destino.
5 de noviembre de 2021.