El presidente, Miguel Díaz-Canel, ha acudido en compañía del primer ministro, Manuel Marrero, al arranque de las clases en una escuela primaria de La Habana.
MADRID, 15 Nov. (EUROPA PRESS) – La Habana. – Cuba vive este lunes 15 de noviembre bajo una disimulada tensión por la protesta convocada para este día por opositores al régimen del presidente Miguel Díaz-Canel.
Para disipar ese momento, el Gobierno ha anunciado la vuelta a las clases y la reapertura de la frontera, con lo que abre las puertas a los turistas.
El Gobierno ha prohibido la manifestación opositora y ha estado reprimiendo a sus convocantes.
El presidente, Miguel Díaz-Canel, ha acudido en compañía del primer ministro, Manuel Marrero, al arranque de las clases en una escuela primaria de La Habana.
"Feliz reinicio de curso para todos", ha proclamado el mandatario, que de esta forma ha dado por culminada la vuelta a la normalidad académica en todos los cursos, según mensajes de su oficina.
Miles de estudiantes a la docencia
Más de 718.000 alumnos desde educación infantil a quinto grado han podido volver presencialmente a las clases, fase final de un retorno progresivo que las autoridades enmarcan dentro del progresivo control de la pandemia de COVID-19 y del avance de la campaña de vacunación.
Este aparente control también ha llevado a que este lunes se relajen las restricciones para el turismo internacional, como han destacado también las autoridades en sus redes sociales.
La entrada es libre para quienes presenten un certificado de vacunación, mientras que los que no dispongan de él deberán presentar una prueba PCR con resultado negativo.
Las autoridades estiman que, como resultado de la pandemia, Cuba ha perdido un 13 por ciento del PIB.
La cifra de viajeros internacionales no alcanzó el año pasado los 1,1 millones, después de cuatro ejercicios consecutivos por encima de los 4 millones y un pico de 4,8 millones en 2018, informa Cubadebate.
El Gobierno ha focalizado este lunes sus mensajes en los avances logrados en materia de educación y turismo, a horas de que se inicien las concentraciones promovidas por la oposición y que no cuentan con el permiso de las autoridades. Organizaciones y voces afines a la disidencia han denunciado una escalada represiva en las últimas semanas.