La lealtad debe ser la acción primaria que surja de tu conciencia.
Son muchos los chivos que hasta ahora han sido oficialmente eliminados en el país, incluyendo al ‘chivo mayor’, Rafael L. Trujillo Molina, ajusticiado el 30 de mayo de 1961 por ladrón, corrupto, criminal y conculcador de las libertades públicas durante 31 años.
Y fueron y son muchos los personajes que usaron ‘chivos’ para pasar de un curso a otro en el sistema educativo nacional, incluyendo en la querida UASD.
Lo que sí se ha puesto cara es la carne de chivo, hasta el punto de que una libra ronda entre los 250 y 300 pesos oro dominicano. Y tan poca carne que deja para comer el bendito animal.
PENSAMIENTOS Y ACCIONES
Quien presume ser dueño de la verdad debe haber leído mucho y recorrido largo tiempo junto a otros seres humanos por distintas partes del globo terráqueo. ¡Y probablemente yerre!
La lealtad debe ser la acción primaria que surja de tu conciencia. No la de seguir a otros que enarbolan ideas o proyectos para luego variarlos o traicionarlos.
Así como un líder de ayer acaparó los aplausos de todos, hoy muchos lo odian, repudian y condenan por haber sido un ‘pequeño dictador’ (o gran dictador) que manejó ‘su pueblo’ como una finca de su propiedad.
El que actúa con y por su conciencia es persona correcta, sana, feliz y agradecida.
Quien engaña a su conciencia por seguir a otros personajes, terminará en ruina total.
El que vende o traspasa su conciencia a otros es solo una persona sin valor y sin valores.
Ninguna persona es dueña de otra. Ni se puede comer a otra. Ni es mejor que otras.
Los líderes verdaderos no roban, no insultan, no engañan, no conculcan libertades, no matan.
Nadie es dueño de una república, de un pueblo, de un municipio. ¡Por más líder que sea!
En cada sociedad existen falsos líderes que se creen dueños y señores de todo. ¡Farsantes!