Esto equivale a decir, que la UASD deberá abocarse, hacía el primer semestre del año de 2022, a una fórmula mixta de enseñanza.
A raíz de la aparición del Covid 19, la UASD ha debido, forzosamente, como lo demás centros de enseñanzas de todos los niveles, abocarse a introducir la educación virtual y la mixta como modo de continuar operando dentro de la pandemia. Esta realidad ha tenido un efecto positivo y es el de actualizar al país en la educación virtual, la cual, desde finales del siglo pasado, era ya un hecho en otras latitudes.
Sin embargo, los efectos dañosos del Covid 19 son más, e incluso, en el caso particular de la universidad pública,donde el sector mayoritario de la población vulnerable del país busca afanosamente un título que le permita entrar por la puerta grande, al mundo laboral, la tradicional deserción ha aumentado. De donde se infiere que el retardo en obtener un título se debe más que todo, a la incertidumbre económica de los que acceden a la UASD. Esto no significa que los centros privados no tengan también deserciones en esta época pandémica, lo que si es cierto, es que la causa es la misma: la incertidumbre económica ha afectado también a la clase media y no solo a la clase media baja.
Esto equivale a decir, que la UASD deberá abocarse, hacía el primer semestre del año de 2022, a una fórmula mixta de enseñanza que permita disminuir la deserción escolar universitaria. Resulta que la pandemia evita la socialización entonces -como se dice en los mejores tratados de sociología-, el humano es un ser social, al quedar reducido a su habitáculo individual, la socialización desaparece y, por ende, la solidaridad que usualmente caracteriza al uasdiano, maestro, empleado y estudiante. De manera que, los más vulnerables están siendo gravemente golpeados por esta situación, al grado de que han tenido que abandonar sus estudios o seguirlos con precariedades superiores a las que ya tenían en la educación presencial antes de la pandemia.
La pandemia ha favorecido al sector de las telecomunicaciones, pero ha perjudicado a los demás sectores de la economía, e impedido que los empleos parciales, propios de los estudiantes de nivel universitario hayan desaparecido en masa.
El riesgo del virus en la UASD es mayor al de cualquier otro sector, debido a la masificación reinante como a las precarias condiciones de trabajo imperantes; sin embargo, ameritan de la educación presencial porque sin ella una masa importante de estudiantes quedarán fuera porque no pueden darse el lujo de dedicar a pagos permanentes y puntuales, los recursos necesarios para mantenerse conectado a la red del internet, tomar clase por esa vía, estudiar e investigar porque ello requiere de ingresos importantes y estables. El negocio ha sido fabuloso para las telefónicas pero el precio social de ello todavía la sociedad no lo percibe porque no se le ha pasado la factura, pero, de seguro, tendrá consecuencias.
Hace tiempo que, la UNESCO declaró la conexión a wifi, como vía para acceder a la información y a la educación, virtuales; un derecho humano fundamental, sin embargo, en países como el nuestro, donde prima el denominado capitalismo salvaje, el gobierno se hace de la vista gorda para no asumir su obligación de garantizar conectividad, equipos y ciberseguridad al estudiantado. Es decir, se está por esta vía excluyendo al sector mayoritario de la población agrandando así la denominada brecha digital.
La UASD se acerca a un proceso electoral a mediados del año entrante de 2022, este tema y su abordaje, debe ser el centro de la contienda electoral. No sabemos, si está en el imaginario de los candidatos a diferentes puestos, -electivos todos en la UASD-, el aunar esfuerzos para resolver este problema. De no hacerlo, es probable, que al final de la pandemia, la UASD se encuentre privatizada o cerrada. Pues, la previsión es la mejor manera de abordar problemas de gran calado y, el que comentamos, es uno de ellos.
Se sabe, que la matrícula de educadores provenientes de otras experiencias, es ya importante en la universidad del pueblo, y sigue aumentando porque desde el Ministerio de Educación Superior, Ciencias y Tecnologías (Mescyt), se está midiendo a todas las universidades, con la misma vara,sin reparar en el rol social que siempre ha jugado la UASD. No se busca un perfil social sino un perfil de mercado en los educadores lo que está incidiendo negativamente sobre el estudiantado uasdiano porque solo humanistas son capaces de lidiar con tamañas circunstancias sociales. Lo que está ocasionando que, en lugar de la UASD influenciar filosóficay económicamente a las demás, está ocurriendo el proceso inverso. Es más, el boato y el exhibicionismo mercantilista y el discreto encanto de la burguesía, son hoy en día, usualesen la más vieja universidad del nuevo mundo, mientras que la austeridad y el comedimiento utilitarista y economicista caracterizan a las más de cincuenta universidades con que cuenta el país. Obvio, en las privadas ni los estudiantes, ni los profesores ni los empleados constituyen sujetos sociales son simples objetos del capital salvaje ara la acumulación originaria de un reducido grupo de magnates de la educación.
Hecho que podría dar lugar a que, de forma natural y desde dentro, aparezca un movimiento privatista que obligue a un año 68 caribeño. Pues, mucha gente, empieza ya a ver a no pocos estudiantes, como los hediondos, desclasados y paupérrimos con quienes decía, en su momento, el magistrado Alejandro Vargas, que prefería pernoctar como juez. Está ocurriendo el mismo hecho que se critica a los políticos respectos a la salud y la educación, sus hijos no van a estudiar en la UASD como tampoco frecuentan los hospitales públicos. Pero solo los de la UASD pueden pagarse estudios privados, los demás educadores dependen de dádivas o becas de los centros donde laboran en condiciones paupérrimas. Este fenómeno debe ser el centro del debate uasdiano antes de que sea demasiado tarde. Pues, desde Bosch y Pleajanov, se sabe, que la pequeña burguesía conservadora es el mayor enemigo de los pobres.
En la UASD el interés de los grupos de interés creados mediante relaciones primarias y repartos de los recursos se ha puesto por encima del interés general de la institución y de su objeto: la superación de la pobreza de los marginados del campo y de la ciudad. La desaparición de las ideologías y el advenimiento de la sociedad de consumo junto a la corrupción política imperantes han conducido a este callejón sin salida. De lo social o de socialismo no queda ya siquiera el término, todo es puro cálculo de coste beneficio grupal. Del movimiento renovador nada queda. Todo es utilitarismo capitalista. El humanismo ha quedado reducido a ciertos Quijotes nostálgicos de objetivos redentores de la humanidad, los cuales, cada día van a menos. Además, de ser vistos como antigüedades obsoletas. Un sistema que no se reproduce necesariamente perece. Por este camino va la UASD desde dentro.
El mérito académico, la investigación y la docencia como centro de la educación en los términos de Pierre Bourdieuhan desaparecido superados por grados competenciales neoliberales donde imberbes principiantes presentan actualizaciones de cuarto grado al vapor unidos a intereses de grupos que, a lo Peter Drucker, son desestabilizadores del concepto de conocimiento, de honor y del fetiche del maestro, del mismo modo en que en medicina, se ha pulverizado la relación médico-paciente. El camino es la sustitución de la educación como las conocemos hasta ahora para sustituir por la educación virtual, sin que exista una gradación que permita evaluar sus aciertos y desaciertos. Es decir, el desenfoque entre lo que funciona y lo que no funciona en un ambiente donde la superación social es el objeto de los educandos en tanto y cuanto pasaporte hacia el éxito social y económico. Esto es, la educación como mecanismo de superación de la pobreza, se está cerrando a las mayorías porque aquellos que están llamados a preservarla y a defenderla. Así, se está imponiendo el egoísmo siempre individualista e impropio de humanistas.
Hoy en día, hay dos fuertes tendencias profesorales: una academicista consciente de estos problemas y otra populista que, como todo populismo, entiende que los recursos son ilimitados o bien, que el Estado suplirá todas sus apetencias pequeñoburguesas, siempre que existan relaciones primarias con el poder; un sector laboral que desea estabilidad en su empleo, pero que, no es tonto, es decir, si hay piñata, desea participar de ella; por último, están los morenitos hijos de machepa, anhelando que la UASD funcione correctamente para que pueda garantizarle un título que cambie sus vidas y empleados que desean estabilidad.
Se sabe que, el Mescyt debe enrumbar la educación superior hacía la era de la inteligencia artificial, lo que implica diseñar modelos curriculares de acuerdo con los cuales, se sepa desde ya, cuales carreras no tienen futuro y cuales sí, para diseñar nuevas profesiones que garanticen un futuro promisorio para nuestros jóvenes y la nación. Pero esto también queda súper puesto a criterios de conveniencias políticas con el fin de incidir sobre la UASD, lo cual, de no ser corregido a tiempo, puede resultar pernicioso. Porque, para este tipo de diseños, se requiere lo inverso, es decir, que lo académico prevalezca sobre lo político. Pero esto dependerá de la voluntad política que se desee prevalezcaporque la capacidad gerencial para discernir entre uno y otro puntos de vista existe.
De cualquier modo, una institución con casi quinientos años de vida es capaz de reacomodarse como ya lo ha hecho en el pasado. La decisión queda en manos de sus educadores como en la sensatez que, hasta ahora vemos que sobre entre el señor Presidente de la República Luis Abinader y, también, en la primera mujer rectora de la UASD, Emma Polanco. DLH-3-12-2021.